El Cardenal asegura que, ante el terrorismo, “el arma de los cristianos es la oración”

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, aseguró en la noche del sábado, ante cientos de jóvenes en la Catedral, que ante el terrorismo, “la oración es nuestra arma, la de los cristianos”, porque es “identificarnos con Jesús sufriente, colgado de la cruz, y como Él, amando hasta el extremo, dejando que su amor y misericordia nos llene, que no sea ni la venganza, ni el odio, ni los sentimientos del mal, sino el llevar a todos los lugares la misericordia, la reconciliación y el perdón”.

El purpurado se dirigió a los centenares de jóvenes que llenaron la Catedral de Valencia, sentados en el suelo, en la vigilia de oración al estilo Taizé, con la que culminó el encuentro juvenil cristiano “Luces en la Ciudad”, y que estuvo dedicada a rezar por las víctimas de los atentados de París y Beirut y por el fin del terrorismo.

En su intervención, al comienzo de la vigilia, el Cardenal exhortó a “orar por los sufrimientos de los hombres, no como espectadores sino como protagonistas, como lloró Jesús en al cruz, identificándose y asumiendo los sufrimientos de los otros”.

Después de agradecerles su presencia masiva, el titular de la archidiócesis invitó a los jóvenes a “vivir con intensidad esta noche de oración, noche de Getsemaní, en la que Jesús, identificado con el dolor de los hombres, sufre y pide que se haga no lo que Él quiere, sino lo que el Padre quiere, amar hasta el extremo, y que hagamos de este mundo un mundo que ama, que respete la vida del hombre y su dignidad inviolable”.

Finalmente, alentó a los jóvenes a “estar siempre, al lado de todos los que sufren, de los heridos, de sus familias”, y les pidió también que, ante el terrorismo, “no seamos ingenuos, sino que abramos bien los ojos, también los de la fe, que es lo que Dios nos pide”.

La vigilia de oración, que comenzó a las 22 horas y se prolongó hasta la medianoche, se desarrolló con la Catedral en penumbra y los jóvenes sentados en el suelo, intercalando tiempos de silencio, oración y cantos al estilo Taizé.