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Jóvenes de entre 20 y 35 años piden paso en la II edición de la Valencia Vibrant

Jóvenes de entre 20 y 35 años piden paso en la II edición de la Valencia Vibrant
  • Pérez Casado remarca la necesidad de una ciudad metropolitana

  • El geográfo Boira plantea que los barrios recuperen su autoestima

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Una Valencia dormida, la de los jóvenes entre 20 y 35 años, pide paso y quiere colaborar en empezar a construir una nueva ciudad. Ese segmento de población es quien asistió y, lo más importante, participó en la II edición de Valencia Vibrant, que organiza un lobby ciudadano bajo ese nombre en Espai Rambleta por segundo año consecutivo.

Nombres como Cuchita Lluch, Begoña Rodrigo, Javier Mariscal, MacDiego o Ricard Pérez Casado, Josep Vicent Boira, el director del IVAM, José G Cortés, Iker Marcaide, Javier Mariscal, MacDiego, Fernando Giner, Pere Fuset o Sandra Gómez mostraron la autocrítica y la autoestima hacia una ciudad que siente y tiene como suya.

Tuvieron como público, como unos ciudadanos más, al alcalde de Valencia, Joan Ribó, y al primer teniente de alcalde, Joan Calabuig, además de concejales de Compromís y del PSPV que acudieron a esta más que interesante jornada.

“Escuchar a la gente” es la prioridad del tripartito, aunque hasta ahora más bien parece bipartito porque València en Comù apenas esta presente, según afirmaron tanto Fuset como Gómez y también pareció interesante el planteamiento de Giner de “wifear” el centro histórico.

El profesor Boira hizo enfásis en recuperar las banderas de los barrios en clara referencia a recuperar la autoestima de quienes viven en esos espacios para, de esa forma, ponerlos en valor.

El alcalde de Valencia en la década de los 80, Pérez Casado, volvió a plantear la necesidad de mejorar las conexiones de la ciudad con su área metropolitana y de verlo como un todo. Casado también citó como curioso que hoy presida la federación de fallas quien auxilió a arengar a las masas falleras en la puerta principal del ayuntamiento hace años.

Desde el IVAM su responsable se fijó el objetivo de que el contenedor cultural deje de ser un espacio invisible para el barrio y sus exposiciones sean tema de charla.

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