La zarzuela vuelve al Teatro Principal de la mano de CulturArts con "El rey que rabió"
En esta producción escénica del Palau de les Arts participan el Ballet y el Coro de la Generalitat y la Orquestra de la Comunitat Valenciana
CulturArts vuelve a traer un espectáculo de zarzuela al escenario del Teatro Principal de Valencia. Del 30 de octubre al 4 de noviembre se podrá disfrutar de la zarzuela del Maestro Chapí El rey que rabió con dirección musical del valenciano Enrique García Asensio y dirección escénica de Emilio Sagi, realizada por Javier Ulacia.
En este espectáculo participan las tres unidades artísticas dependientes de la Generalitat, el Ballet de la Generalitat y el Cor de la Generalitat, dependientes de CulturArts y la Orquestra de la Comunitat Valenciana.
Los papeles solistas de esta producción están interpretado por Yauci Yanes (tenor) como el rey, Elena de la Merced (soprano) como Rosa, Anaïs Masllorens (mezzosoprano) como María, Josep Miquel Ramón (barítono) como el general, Julio Cendal (tenor) como Jeremías, Mario Cerdá (tenor) como el almirante, Sebastià Peris (barítono) como el intendente, German Olvera (barítono) como el gobernador, Boro Giner (barítono) como el capitán, los actores Andrés Poveda como Juan, Carles Rossello como el alcalde, Aitana Bueno como primer paje y el perro Maximiliano.
Esta zarzuela fue estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 20 de abril de 1891, se trata de una zarzuela en tres actos, divididos en siete cuadros, con libreto de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza, una zarzuela cómica en la que Ruperto Chapí despliega todos sus conocimientos, creando una música en la que combina sabiamente los momentos cómicos, con momentos de gran lirismo, demostrando, una vez más, su gran maestría y acercándose al modelo de la opereta o la ópera cómica.
El libreto, gracias a la mano de Miguel Ramos Carrión es una aguda sátira política, ambientada en un país imaginario que hace referencia indirectamente a España.
En el inicio de la historia el rey regresa a palacio tras recorrer su reino y se pregunta si la felicidad que ha visto en su viaje es real. Para averiguarlo decide hacer otro viaje bajo la apariencia de un hombre humilde, pese a los intentos de disaudirle de sus consejeros. El gobernador, conocedor de que el pueblo está harto de impuestos, viaja también de incógnito, para preceder al rey para organizando festejos y enmascarando la realidad.
