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El Arzobispo invita a los participantes en el Besamanos de mañana a “asumir el compromiso de imitar el `sí´ de María”

  • En una carta en la que alienta a “salir y llevar a los demás la alegría del Evangelio”

El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, dedicará su carta del próximo domingo, al “Besamanos” a la Virgen de los Desamparados asegura que se trata de una celebración “que tiene una fuerza popular fuera de lo corriente” e invita a todos los participantes a “asumir el compromiso de imitar el 'sí' de María a Dios”.

“Todo un pueblo se pone en pie para pasar horas en una fila inmensa hasta llegar a la imagen de la Virgen de los Desamparados y darle un beso en la mano” describe el prelado que señala que es “el agradecimiento de un pueblo” a la Virgen María, porque “cuando dijo “sí” a Dios a través del ángel, abrió el cielo en la tierra” y se preparó “aquí en la tierra la morada para Dios”. Por ello, “¡Cómo no besar la mano a María!”, exclama el prelado.

Además, en su carta, que titula “El compromiso del 'Besamanos´: imitar el “sí” de María”, el titular de la archidiócesis de Valencia subraya que el “besamanos” tiene una “significación especial: besar la mano de quien fue el primer ser humano que tocó a Dios, que palpó la presencia de Dios en su vida y en esta historia”. El “besamanos” es besar “una mano sagrada a quien el mismo Jesucristo ha encargado que sea nuestra Madre, para que Ella nos dé su mano, nos cuide y nos guíe”.

Más adelante, monseñor Carlos Osoro, que asegura que Dios escogió de entre todas las mujeres a María por su “humildad”, precisa que en el “besamanos” a la Mare de Déu, “queremos decirle a María que nosotros deseamos vivir como Ella y por eso le pedimos su intercesión para vivir escuchando la Palabra de Dios, creyendo y anunciando el Evangelio”.

Además, el Arzobispo expresa que “quien besa la mano de la Virgen María asume el compromiso de salir, de vivir una vida no para sí mismo, de llevar a todos los hombres de todos los pueblos esa alegría del Evangelio, pero como lo hizo nuestra Madre, en el abandono y la confianza en Dios, en el silencio en el que se hace disponible totalmente para Él, y en el compromiso con las necesidades de los hombres”.

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