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El IVAM acoge la exposición retrospectiva de Juan Ripollés

El IVAM acoge la exposición retrospectiva de Juan Ripollés
  • La muestra podrá verse hasta el próximo 20 de enero

El secretario autonómico de Turismo, Cultura y Deporte, Rafael Ripoll, junto con la directora del IVAM, Consuelo Ciscar, el artista Juan Ripollés, y la comisaria de la muestra, Michelle Dalmace, han presentado a los medios de comunicación, la exposición ‘Las musas de Juán Ripollés’ que podrá visitarse hasta el próximo 20 de enero.

La exposición Las musas de Juan Ripollés recorre la carrera artística de Ripollés desde 1945 hasta la actualidad. Un periodo de 67 años en el que ha cultivado los lenguajes artísticos tradicionalmente definidos como pintura, escultura y grabado.

Sin embargo, aunque en sus inicios Ripollés se adaptó a las normas, muy pronto comenzaría a transgredirlas, y mostraría en cada una de estas áreas una diversidad de facetas que, a lo largo de su trayectoria se fueron haciendo cada vez más complejas. La exposición trata de determinar la esencia de su expresión, mostrando como en su trayectoria no se producen rupturas radicales sino procesos evolutivos, seguidos por varias transiciones.

Sin rechazar las etapas más sombrías, y más concretamente los años 70, la muestra se centra en la plenitud que impregna su obra, especialmente en el eje de las musas, como la expresión de una poética vigorosa y cromática, que revela una dicotomía permanente entre la monumentalidad y una relativa fragilidad.

Las Musas, hijas de Zeus y Mnemosine tienen una importante presencia en la obra de Juan Ripollés, pero no como las concibe Platón que las considera como mediadoras entre los dioses y los hombres, sino que en función de su simbolismo que en la obra de Ripollés las caracteriza como fuentes de felicidad y sabiduría.

Juan Ripollés, (Castellón, 1932), conocido por su facetas de escultor, pintor y grabador, es sobre todo un creador en libertad que imagina figuras imposibles y originales que llenan de ficción la realidad con un lenguaje peculiar que envuelve a su propia forma de entender la vida diluida entre lo global y lo local, entre la soledad y lo multitudinario.

Sus creaciones presentan numerosas connotaciones picasianas tanto en la similitud de temas, como Bañistas, Minotauro, el pintor y la modelo, mujer ante el espejo, y explicitará en los títulos de sus diversos “Homenajes a Picasso”.

También conviene destacar otra serie de similitudes que emparentan la obra de Ripollés con la de Joan Miró, cierta aparente ingenuidad y simplicidad de las formas así como el empleo frecuente de un cromatismo puro. Esta tendencia hacia la espontaneidad caracteriza su creación artística como se refleja en el modelado de sus figuras zoomórficas y antropomorficas, próximas a la abstracción aún con presencia de rasgos figurativos, y con pautas surrealistas como reconocimiento de lo irracional.

En una primera etapa de su trabajo escultórico entre 1970 y 1985 trabajó casi exclusivamente el hierro; después comenzó a emplear el bronce y paulatinamente adoptaría otros materiales como terracota, fibra de vidrio coloreada, cristal de Murano, que incluso aparecen combinados en muchas de sus piezas. Objetos reconocibles por las formas tridimensionales, objetuales, figurativas y dinámicas, en su interpretación antropomórfica fantástico-grotesca y su amplio abanico temático que comprende costumbres, rituales, fiestas, figuras de animales, fetiches que parecen evocar culturas afroamericanas ; marcados también por su cromatismo que en numerosas ocasiones depende de los materiales empleados: oxidaciones, brillos, degradados, transparencias, gradientes, reflejos, y la combinación de todos ellos.

Este afán por desvelar una ensoñación artística amable y sincera le ha llevado en los últimos años a trabajar esculturas moldeadas con el preciado cristal de Murano para imaginar nuevas formas, nuevos colores, nueva vida.

Entre sus primeras exposiciones cabe destacar las celebradas en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (1962) y en The William Haber Art Collection de Nueva York (1969) y obtuvo gran repercusión con su exposición (2007) de 16 esculturas de gran tamaño en las calles de Venecia que generaron gran expectación entre los viandantes. Ripollés fue el primer artista galardonado con el Premio de las Artes de la Comunidad Valenciana en el año 2001.

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