La Fe realiza el primer tratamiento de quimioterapia con calor intraoperatoria para frenar una tumoración abdominal
La técnica se utiliza en casos de diseminación de cánceres digestivos y ginecológicos por el abdomen
Se consiguen supervivencias de hasta el 45% en cáncer de colon y el 80% en cánceres ováricos
El calor potencia la capacidad de la quimioterapia de eliminar células tumorales del interior del abdomen
La conocida como técnica de Sugarbaker consiste en aplicar la quimioterapia en una sola dosis y a temperatura elevada inmediatamente después de una cirugía citoreductora, con la que se reduce el volumen de células tumorales para prolongar la supervivencia del paciente y facilitar la acción de los agentes quimioterápicos.
El Dr. Javier Vaqué, de la unidad de Coloproctología del servicio de Cirugía General de La Fe, que llevó a cabo la intervención junto con el Dr. Salvador Pous, de la misma unidad, explica que “quitando con cirugía el tumor que se ve macroscópicamente y eliminando mediante la quimioterapia potenciada con calor las células del tumor que no se ven y están diseminadas por el abdomen, es posible curar a pacientes seleccionados, consiguiendo supervivencias que giran en torno al 45% en cáncer de colon y el 80% en cánceres ováricos”. El tratamiento convencional mediante quimioterapia intravenosa no consigue una supervivencia de más de 24 meses.
El calor potencia el efecto de la quimioterapia
Con esta técnica, que en Valencia fue puesta en marcha por el Hospital Clínico, se aplica quimioterapia en la cavidad abdominal durante el mismo acto operatorio con el paciente anestesiado. “Su efectividad se basa en que está demostrado que algunos quimioterápicos dentro de la cavidad abdominal alcanzan concentraciones más de 1.000 veces su valor en la sangre”, explica el Dr. Vaqué. “Este aumento de la capacidad de eliminar células tumorales se potencia con calor, ya que el líquido de perfusión de la quimioterapia se calienta a 43º”, añade el cirujano.
Este tipo de cirugía, cuya duración total puede prolongarse hasta diez horas, exige un sofisticado montaje para realizar la técnica de quimiohipertermia, así como la implicación de distintas especialidades médicas y quirúrgicas, convirtiéndolo por tanto en un tratamiento multidisciplinar.