La Guardia Civil instruye diligencias por la muerte del ciudadano que se disparó con un arma
Este ciudadano ecuatoriano, de unos 32 años, falleció la tarde de ayer tras disparar, presuntamente, sobre sí mismo un arma de fuego que, instantes antes, se había caído al suelo en el transcurso de un forcejeo con un guardia civil.
Preguntada por este suceso, la subdelegada del Gobierno ha manifestado a los periodistas que "todos los datos hasta el momento realizados por la Policía Judicial confirman lo que los guardias civiles dijeron en ese momento de cómo se produjeron los hechos".
"Lo único que les puedo decir con respecto al suceso de Torrevieja es que, lógicamente, la Guardia Civil siempre investiga cómo ocurren los hechos, que se instruyen diligencias, que pasarán al juzgado, y que estamos pendientes del resultado de la autopsia", ha explicado Llinares, quien ha confirmado que el fallecido es de nacionalidad ecuatoriana.
La subdelegada ha señalado que "hay todavía cosas que hacer" y ha añadido a los periodistas que "tendrán información puntual en el momento en el que esté todo clarificado".
Llinares hizo estas declaraciones en Elche, donde ha asistido a la Junta Local de Seguridad, junto a representantes municipales y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El suceso ocurrió sobre las 16.30 horas de ayer en la avenida La Purísima, en el casco urbano de Torrevieja, cuando el ahora fallecido requirió la atención de una patrulla de la Guardia Civil que circulaba por esa vía.
Tras detener el vehículo, el joven se aproximó a la ventanilla del acompañante y, tras solicitar información sobre la ubicación de una determinada calle, esgrimió un cuchillo de cocina que, al parecer, lo situó a la altura del cuello del agente, según relataron ayer fuentes de la Guardia Civil.
Al parecer, se inició entonces un forcejeo a través del hueco de la ventanilla durante el cual el arma blanca cayó al interior del vehículo-patrulla.
Según la Guardia Civil, el forcejeo prosiguió en el exterior del coche entre uno de los dos guardias civiles y el ahora fallecido, quien "al agarrarse al cinturón del agente" habría roto la funda del arma reglamentaria, por lo que esta última habría caído al suelo.
A continuación, el joven cogió la pistola y el otro guardia civil optó por realizar un disparo intimidatorio al aire con el objetivo de que el ahora fallecido dejara el arma, según el Instituto Armado.
Seguidamente, el joven ecuatoriano decidió, por causas que aún se desconocen, situar el cañón del arma en su pecho e, instantes después, se disparó mortalmente.
