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La VIII Jornada Joan Fuster abordará su relación con la música

  • El acto, organizado por la Càtedra Joan Fuster y el Ayuntamiento de Sueca, tendrá lugar en la Casa de la Cultura de la ciudad mañana jueves

Mañana jueves se celebrará la VIII Jornada Joan Fuster, en la que se abordará la relación del ensayista con la música. El acto, que tendrá lugar en la Casa de la Cultura de Sueca, será inaugurado por el alcalde de la ciudad, Joan Baldoví; la vicerrectora de Estudios de la Universitat de València, Isabel Vázquez; y el coordinador de la Càtedra Joan Fuster y director del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana (IIFV), Ferran Carbó.

La jornada fusteriana, organizada por la Càtedra Joan Fuster y el Ayuntamiento de Sueca, tiene como objetivo analizar, con la participación de reconocidos especialistas, este aspecto tan poco conocido de la personalidad y la obra del ensayista.

No obstante, Fuster, además de ser un gran aficionado a escuchar música, ya desde muy joven dedicó una destacada atención en sus escritos, particularmente en artículos de prensa, a compositores, obras y corrientes estilísticas de distintas épocas.

Las sesiones programadas pretenden profundizar en el conocimiento de esta relación con la música a partir de sus vinculaciones con la música clásica —como oyente asiduo y como observador—, la nueva canción, los cantautores que emergieron en su tiempo, la música tradicional y popular, y otras cuestiones de estos ámbitos de la cultura.

Se trata, según el organizador, de estudiar esta relación con la música “entendida, al mismo tiempo, como manifestación artística, tradición propia de un pueblo y herramienta movilizadora del compromiso social en un momento histórico particularmente difícil”.

Como ilustración de la vivencia fusteriana de la música, los organizadores recuerdan una anécdota que contó Josep Pla sobre el momento en que conoció personalmente a Fuster. Llegó un día del año 1959, sin avisar y empapado por la lluvia, a la calle de Sant Josep, de Sueca, llamó a la puerta y le abrió un escritor. Pla le dijo que notaba “la casa un poco fría”. Entonces, Fuster arrugó levemente la nariz y pidió a Josep Palacios, que estaba allí de visita, que pusiera “un Vivaldi en el tocadiscos”, diciendo: “Es un músico apasionante, nos caldeará el ambiente”.

Aparte de la reacción mental —sarcástica— que esta respuesta optimista provocó en Pla, se trata de un testimonio muy claro de la importancia que la música —cierta música— tenía para Fuster en su vida cotidiana y más allá.

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