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Las pinturas murales del Ateneo de Sueca serán restauradas por el IVC+R

  • La Diputación de Valencia y el IVC+R aúnan esfuerzos para recuperar las pinturas murales del Ateneo de Sueca

El edificio modernista del Ateneo Sueco del Socorro posee nueve paneles murales sobre la siega del arroz, que fueron pintados por el valenciano Alfredo Claros en 1935. La singularidad del tema de estas pinturas y la fama de su autor ha movido a las instituciones valencianas a colaborar en su restauración.

Los trabajos de restauración se van a realizar en distintas fases. La primera se ha iniciado gracias a la ayuda de la Diputación de Valencia, quien ha costeado los tres primeros paneles murales, y los trabajos han corrido a cargo del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, quien, según ha declarado su directora, Carmen Pérez, asumirá el coste de la restauración de los tres paneles siguientes, cuyos trabajos de restauración se están llevando a cabo en estos momentos. Aún quedarán pendientes otros tres paneles y el techo en espera de que lleguen más ayudas han declarado fuentes del Ateneo suecano.

Las pinturas ofrecían una alteración cromática muy acusada por la nicotina adherida a ellas, además de la consabida acumulación de polvo por el paso del tiempo. “Los trabajos de restauración de estos murales está siendo muy meticulosos y complejos por la técnica que utilizó el artista, que si bien es muy buena, su estado actual es muy delicado” ha declarado Carmen Pérez durante una visita.

Los trabajos están siendo realizados por los mismos técnicos que intervinieron las pinturas murales de la Cámara Secreta de la Catedral de Valencia, y que en el mes de septiembre intervendrán en la Casa Ariadna de Pompeya en Italia. Los trabajos se prolongarán durante varios meses y se espera que estén finalizados el próximo año.

Alfredo Claros es un pintor de la dilatada estela de seguidores de Joaquín Sorolla. Su lumínica paleta rebosa luz y tipos populares de la huerta valenciana que, como en este caso, arrancan el plantel, plantan el arroz, lo siegan, criban, trillan, envasan y espigan de un modo natural, elevando a arte lo cotidiano. Por este motivo, ha declarado Carmen Pérez, “merecía la pena recuperar estas pinturas, que son el testimonio de un momento pictórico muy concreto del artista”, pues no hay que olvidar que Sueca fue uno de los tres enclaves pictóricos en los que trabajó Claros, junto a Valencia y Ontinyent, y en el que además fundó una escuela de artes y oficios.

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