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Una auxiliar de enfermería de Sant Joan crea una guía sobre humanización en Urgencias

Una auxiliar de enfermería de Sant Joan crea una guía sobre humanización en Urgencias

    Montserrat Soler, auxiliar de Enfermería del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant, ha editado la guía “El factor humano en Urgencias”, con el objetivo de promover la reflexión acerca de la actuación de los sanitarios de este servicio en el momento de curar y cuidar a personas enfermas.

    Esta guía se ha creado bajo el auspicio de Jesús Plumé, supervisor de enfermería del Servicio de Urgencias, como parte de los objetivos marcados por la división de enfermería durante el pasado año. En ella se pretende reconocer la importancia y el significado que para un enfermo o familiar tiene el hecho de recibir, no solamente una atención científica, sino también una atención humana. “Humanizar el cuidado requiere de la interacción entre los conocimientos de la ciencia y los valores del ser humano para establecer una asistencia con calidad”, se explica en la guía.

    “Son muchos ya los años que he dedicado al cuidado de pacientes en Urgencias y he aprendido muchas cosas, pero la más importante es el gran papel que ejercemos a nivel humano en situaciones críticas donde ya nada técnico se puede hacer”, explica Montserrat Soler. Y añade la cita del doctor. Marañón, “sólo se es dignamente médico (enfermero, auxiliar o celador) con la idea clavada en el corazón de que trabajamos con instrumentos imperfectos y con medios de utilidad insegura, pero con la conciencia cierta de que hasta donde no puede llegar el saber, siempre llega el amor”.

    Los servicios de urgencias merecen una especial consideración en este sentido, ya que las personas acuden para ser atendidas por una enfermedad de aparición súbita, que interrumpe de forma abrupta su ritmo de vida, causándoles un desequilibrio a diferentes niveles.

    “Sin embargo, debido a que la atención en urgencias precisa de una intervención rápida y eficaz, a veces se dejan de percibir estas sensaciones que experimenta el paciente, como la incertidumbre, el miedo, la ansiedad. De ahí la gran importancia de que la atención de enfermería se caracterice por un alto componente de calor humano y apoyo al paciente para asimilar el problema”, sostiene Soler.

    Estrategias para la intervención de enfermería

    Esta guía formula una serie de estrategias para potenciar la humanización de la intervención de enfermería en cada uno de los diferentes pasos que comprende el proceso de atención en el Servicio de Urgencias.

    El triage es el lugar de recepción del paciente y en él transcurren los primeros minutos de la vivencia hospitalaria de éste. El enfermero, junto con el médico triador, en un período breve, debe iniciar una interacción adecuada con el paciente, para disminuir su miedo y angustia. Es importante saludarle con amabilidad, preguntarle el nombre, escuchar con atención el motivo de consulta, demostrar interés por ayudarlo, explicarle el procedimiento a seguir y el tiempo probable de espera para la atención médica.

    En el área de examen y tratamiento, el equipo de enfermería debe poner en práctica conductas sencillas pero significativas de respeto y valor por el otro, tales como proporcionarle comodidad y privacidad durante su permanencia en el servicio; mostrarle interés y preocupación por lo que está sintiendo y mantenerle informado tanto a él como a su familia. Además, es conveniente utilizar un lenguaje coloquial, acorde a cada persona, así como explicarle lo sucedido, lo que se va a realizar y resolver la mayoría de sus dudas.

    En el área de observación el equipo de enfermería asume un papel muy importante en los cuidados que brinda a los pacientes. En aras de aliviar el dolor, se deben valorar las características de cada paciente, así como los factores que aumentan dicho dolor o lo disminuyen. Se deben elogiar los logros alcanzados por el paciente para aumentar su autoestima y también estimular a la familia para que realice los cuidados junto con el paciente para darle más apoyo.

    También es importante controlar algunos factores ambientales para favorecer el descanso y la tranquilidad, como pueden ser el cambio de las sábanas cuando estén húmedas o sucias; los cambios de posición; la temperatura ambiente de la cama. En las horas de la noche se debe propiciar el sueño, creando un ambiente tranquilo, evitando actividades que interrumpan el descanso.

    Una vez se ha procedido al alta del paciente, el equipo de enfermería debe orientarle a él y su familia sobre el procedimiento a seguir. Se le debe expresar la alegría de ver su mejoría, agilizar el proceso de salida, facilitar la movilización mediante el suministro del medio adecuado y verificar que el paciente recibe y comprende las recomendaciones para el cuidado en casa y los controles posteriores.

    En los casos de reanimación aguda, se debe de propiciar siempre al familiar la información y explicaciones necesarias que le permitan participar de manera efectiva en la toma de decisiones y la ayuda del paciente, si bien es cierto que la prioridad en la atención de un paciente con una emergencia es salvar la vida en el momento oportuno.

    Las pautas que recoge esta guía favorecen el acercamiento, la confianza y la seguridad del paciente con el equipo de enfermería. La publicación está disponible para los miembros del Servicio de Urgencias y también va a estar accesible para el resto del personal del Departamento.

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