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El Hospital Sant Joan mejora el control de los pacientes diabéticos al alta

    Los servicios de Endocrinología, Medicina Interna y Urgencias del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant han elaborado una herramienta de ajuste del tratamiento farmacológico antidiabético para la atención de los diabéticos tipo 2 en la transición del hospital al domicilio.

    Así, han diseñado una guía para los médicos que atiendan a pacientes diabéticos tipo 2 que no están bien controlados y que regresan a su domicilio después de haber tenido un contacto con el hospital. El objetivo es mejorar el tratamiento a estos pacientes, buscando el control óptimo de la glucemia y que las complicaciones relacionadas con la diabetes se retrasen al máximo y se den en la forma más leve posible. Como explica uno de los autores, el internista José Miguel Seguí, “a medio-largo plazo se trata de una iniciativa costoeficiente, ya que si podemos controlar a estos pacientes, se reducirán sus visitas por descompensación, tanto al hospital como los centros de salud”.

    Esta herramienta nace de la preocupación de profesionales de distintas disciplinas por un mismo perfil de paciente, el diabético, que es heterogéneo, y acude a los servicios sanitarios también por otros motivos. “Se trata de una guía de consulta con un tamaño cómodo, que facilita la labor de los profesionales, permitiéndoles actuar sobre el paciente diabético minimizando el riesgo al máximo, homogeneizando los tratamientos y ofreciendo, en definitiva, una continuidad en la atención al paciente diabético”.

    Se va a repartir en servicios médicos básicamente, por ser los que intervienen en el tratamiento de la diabetes, fundamentalmente en Medicina Interna y Urgencias. Precisamente, esta guía se ha elaborado desde el servicio de Endocrinología de manera conjunta con esos servicios, con el endocrino Francisco Pomares, el internista José Miguel Seguí, y el facultativo de Urgencias Marco Lerma a la cabeza del proyecto. Para su elaboración, han realizado una síntesis del contenido de las últimas guías internacionales de diabetes y han llevado a cabo una exhaustiva revisión de los fármacos, sus efectos adversos, así como los ajustes de dosis según la función renal del paciente.

    “El tratamiento de la diabetes ha mejorado considerablemente en los últimos años, pero hay muchos grupos farmacológicos, por lo que también se ha complicado el tratamiento, hecho que hacía necesario elaborar una herramienta que, en un solo documento, aporte mucha información, pero a su vez fuera lo suficientemente sencilla y práctica para que los profesionales puedan aplicarla sin complicaciones en el día a día”, explica el doctor Pomares.

    De este modo, la guía facilita las cosas en tres pasos estructurados. El primero es definir el objetivo de tratamiento que se quiere alcanzar en un determinado paciente, lo cual se establece a partir del nivel de hemoglobina glicosilada. “Esta determinación es más precisa que la glucemia a la hora de ajustar el tratamiento, porque nos muestra un valor medio y la evolución del paciente en los últimos tres meses y no en un momento concreto”, señala el endocrinólogo.

    Una vez está claro el objetivo, en segundo lugar se comprueba si el paciente está o no en el rango terapéutico que le corresponde y si ha sido correcto el control de la glucemia en ese paciente en los tres meses previos. Si el paciente está en rango, no sería necesaria una intervención al alta, siempre y cuando la medicación no provocara algún efecto secundario. Sin embargo, si el paciente está fuera de rango, se procedería al tercer paso, que es la selección de tratamiento, la cual va a depender del tratamiento previo que estaba recibiendo el paciente, de si tiene obesidad, si hay riesgo de hipoglucemia, de la función renal, la edad avanzada, y los posibles efectos secundarios o contraindicaciones de los propios fármacos. Así, se valorarán otros antidiabéticos orales o, en el caso de que no se consiga el ajuste glucémico, el siguiente paso sería el tratamiento con insulina. En definitiva, lo que se persigue es individualizar el tratamiento, basándose en las recomendaciones de las guías.

    “Los pacientes a los que haya que insulinizar se han de ir del hospital con unos conocimientos mínimos para asegurarnos que el tratamiento con insulina se cumple y no hay riesgos, y ahí es donde entra en juego el Servicio de Urgencias, que va a llevar a cabo una educación diabetológica básica con los pacientes al alta. La continuidad de esta educación seguirá de manera central en Atención Primaria”, explica el facultativo de Urgencias Marco Lerma.

    En este sentido, los profesionales de enfermería de Urgencias están recibiendo una serie de talleres de formación en antidiabéticos orales, así como sobre el manejo de insulinas, para proceder a esa insulinización de los pacientes en Urgencias directamente. Para ello, cuentan con el apoyo de Mariló Espinosa, la enfermera responsable de la educación diabetológica del Servicio de Endocrinología de Sant Joan. Al paciente que requiere insulinización se le asignará una enfermera de Urgencias que es la que se encargará de formarle en un taller de unos 10-15 minutos. La idea principal es que el paciente sepa manejar la insulina y aprenda a reconocer una hipoglucemia y corregirla.

    “El hecho de que los profesionales cuenten con estas herramientas formativas y de actualización de conocimientos va a suponer un importante beneficio para el paciente, retrasando las complicaciones de la diabetes, si está bien controlado desde el principio”, subraya el doctor Marco Lerma.

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