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Berasaluce firma el contrato de adjudicación las obras de acondicionamiento de los túneles

Berasaluce firma el contrato de adjudicación las obras de acondicionamiento de los túneles

    El alcalde de Requena, Javier Berasaluce, firmó ayer el contrato de las obras de la primera fase del acondicionamiento y puesta en valor de los túneles y galerías bajo la Villa, cuya adjudicación fue aprobada en la pasada Junta de Gobierno Local.

    El actual acceso el sistema de túneles y galerías se produce por la calle García Montés, a pie llano y a través de las obras ejecutadas como complementarias de la restauración de las murallas y la plaza de armas de la fortaleza de Requena. Después de la actuación proyectada, su visita permitirá el conocimiento directo de unas infraestructuras ligadas a situaciones bélicas bien distintas. La del siglo XVIII, como elementos de expugnación de la fortaleza, y la del XX como refugio frente a ataques bélicos. Por otra parte, esta actuación completaría la actual oferta existente en cuanto a visitas subterráneas.

    Las actuaciones que se van a ejecutar para dotar de estabilidad los túneles y adecuarlos al uso público son fundamentalmente el refuerzo e impermeabilización de bóvedas, control de las filtraciones mediante un sistema de drenaje, pavimentación de los túneles, alumbrado y señalización y alumbrado de emergencia. Además se proyecta una nueva salida por la cuesta de las Carnicerías, por lo tanto se hará un circuito que entrará por garcía Montés, a la altura de la Oficina de Turismo, y saldrá por la cuesta de las Carnicerías, logrando una mejor evacuación de los mismos así como una mayor ventilación.

    El presupuesto para acometer dichas obras asciende a un total de 194.540 euros.

    Cabe recordar que el inicio de los túneles está documentado en el gran asedio austracista sobre la ciudad de Requena, efectuado desde el 13 de junio al 1 de julio de 1706, en el contexto de la guerra de Sucesión a la corona española. Las tropas austracistas, compuestas de soldados alemanes, ingleses y miquelets valencianos comandados por el general Carlos Hugo de Windant, Conde de Peterborough, sometieron a los borbónicos a un terrible asedio. Según el cronista requenense, pedro Domínguez de la Coba, coetáneo a los hechos y con un papel protagonista como mediador en este episodio bélico, los austracistas abrieron una mina con 3 ramales para acabar con la defensa borbónica. De hecho, los defensores, al ver que era ya imposible la defensa debido a las galerías subterráneas construidas por los austracistas para explosionar las defensas muradas, deciden capitular el 1 de julio.
    El asedio austracista a Requena fue un episodio importante, pero poco recordado, de la Guerra de Sucesión y tuvo consecuencias muy trágicas para la ciudad como saqueos continuados (conventos, iglesias, Hospital de Caridad, archivo, casas particulares), destrucción de 300 casas y el Templo de San Nicolás, epidemia de tifus exantemático y peste neumónica con más de 1.200 bajas, etc. Es el episodio bélico más traumático que ha padecido la ciudad de Requena del cual tardó mucho en recuperarse, a pesar de que en 1707 Felipe V emitió varias cédulas reales exonerando de tributos a Requena y facultando para el arrendamiento de tierras con el fin de conseguir dinero y rehacer las infraestructuras destruidas.

    La excavación de minas forma parte de la estrategia bélica de mina y contramina típica del siglo XVIII que buscaba tanto el socavamiento de defensas por vía subterránea o la introducción de atacantes como salida de sitiados.

    El túnel frente a la Oficina de Turismo en la calle García Montés, a los pocos metros de su inicio, presenta ya la bifurcación en dos ramales con la altura de una persona y se encuentran en su estado natural, sin ningún tipo de remozamiento, enlucido o recogido. Muy posiblemente estos túneles sean excavados por los austracistas, ya que recorren las defensas principales de la Villa. Posteriormente sería utilizado para otros fines como muestran las cisternas existentes y la conexión entre varios de ellos como vías de comunicación subterráneas.

    Al parecer, los austracistas también desviaron el curso del río Grande que discurría por Cantarranas (actual calle García Montés) para apostarse frente a la defensas de la Villa con trincheras cubiertas.

    Otra de las utilizaciones de estos túneles fue la de su preparación como refugio antiaéreo durante la Guerra Civil de 1936-1939. Tanto por vía de la memoria oral como por un croquis de los túneles de la época, se tiene constancia de que estos fueron acondicionados como refugios antiaéreos durante la Guerra Civil, aunque no se llegaron a utilizar ante la ausencia de bombardeos aéreos en Requena. De hecho, uno de los túneles de la c/ García Montés fue arrendado por el Ayuntamiento para champiñonera en 1969, aún con el nombre de “túnel refugio” o “refugio” que recordaba una de las antiguas utilizaciones de estos túneles. La memoria oral también recuerda que uno de los túneles por los que se accede desde la calle del Peso de la Villa fue realizado para que los habitantes de esta parte de la ciudad accedieran a los refugios antiaéreos.

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