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Investigadores de la Universitat y de la Politénica desarrollan un nuevo sensor que detecta rápidamente y de forma sencilla monóxido de carbono

Investigadores de la Universitat y de la Politénica desarrollan un nuevo sensor que detecta rápidamente y de forma sencilla monóxido de carbono
  • Se trata de un compuesto de rodio que cambia de color ante la presencia de este gas tóxico

  • Es un sistema novedoso, ya que la mayoría de detectores comerciales actuales están basados en sistemas electrónicos y no en materiales que cambien de color

  • El trabajo desarrollado por los investigadores del Instituto IDM -centro mixto de la Universitat de València y de la Universidad Politécnica de Valencia- ha sido portada del último número de la prestigiosa revista Angewandte Chemie

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Investigadores de la Universitat y de la Politénica desarrollan un nuevo sensor que detecta rápidamente y de forma sencilla monóxido de carbono - (foto 2)
Investigadores del Instituto de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) –centro mixto de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universitat de València- han desarrollado un nuevo sensor colorimétrico que permite detectar de forma rápida, precisa y sencilla monóxido de carbono. La investigación es portada del último número de la revista Angewandte Chemie.

El monóxido de carbono (CO) es extremadamente peligroso, ya que es incoloro, inodoro, insípido y tóxico en pequeñas concentraciones y sólo puede detectarse con sensores. Tal y como explican desde el IDM, este gas se produce por la combustión incompleta de combustibles como gasolina, carbón, madera, etc. en aparatos como calderas, calentadores de agua, hornillos de cocina, etc. Puede provocar la muerte si se respira en concentraciones altas sin que el afectado se de cuenta, provocando lo que se conoce como “muerte dulce”.

“Si se respira en concentraciones altas, el monóxido de carbono puede provocar, en pocos minutos, la muerte por envenenamiento. Cada año un gran número de personas pierde la vida accidentalmente debido a ello. Por ejemplo, sólo en Estados Unidos se producen 15000 accidentes con este gas, de los que 500 acaban resultado fatales”, añade Ramón Martínez-Máñez, investigador y director del Instituto IDM.

El sistema desarrollado desde los laboratorios del IDM usa moléculas que contienen átomos de rodio. La interacción de estos metales con la molécula de monóxido de carbono origina un cambio de color –del violeta original a un tono amarillo-anaranjado– observable a simple vista incluso a concentraciones relativamente bajas de CO.

Se trata de una alternativa novedosa, ya que, tal y como explican los investigadores de la Politécnica de Valencia, la mayoría de detectores comerciales actuales están basados en sistemas electrónicos y no en materiales que cambien de color y, además, presentan bajos niveles de sensibilidad y límites de detección altos. “El detector que hemos desarrollado es mucho más sensible, preciso y selectivo que los que existen a día de hoy en el mercado”, apunta María Moragues, investigadora del IDM en la UPV.

Actualmente, los investigadores barajan diferentes aplicaciones, como por ejemplo, incorporar estas sustancias a una etiqueta en la que se visualice el cambio de color e incluso desarrollar un sistema que, ante la presencia de monóxido de carbono, genere una alarma acústica. “Son muchas las posibilidades que ofrece este nuevo sistema. Por ejemplo, podría integrarse también en pinturas de pared que puedan cambiar de color cuando haya monóxido de carbono; como dosímetro incorporado en los uniformes de equipos de seguridad, etc.”, apunta Ramón Martínez-Máñez.

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