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El PPVAL se reunirá con los alcaldes y portavoces de municipios afectados por las lluvias de 2016

    El Partido Popular de la provincia de Valencia ha reclamado hoy al Consell que "no se ponga de perfil" y "asuma su responsabilidad con los damnificados por el temporal de lluvias de 2016 que afectó a numerosos agricultores de la provincia de Valencia" ya que "más de un mes después de que lo anunciara, no hay ni rastro de las medidas propuestas".

    De esta manera, ha anunciado que el PP de la provincia de Valencia se reunirá en los próximos días con todos los alcaldes y portavoces de las zonas afectadas para reclamar "en una sola voz" que el Consell no los relegue y ponga en marcha las medidas necesarias para aminorar los efectos del temporal.

    Así, Betoret ha señalado que el Consell hace "dejación de funciones" con el campo valenciano que "no necesita titulares sino iniciativas" como las planteadas por el PP en todos los ayuntamiento afectados. Así, ha reclamado al Consell la "urgente" puesta en marcha de créditos bonificados para todos los agricultores y ganaderos afectados, ayudas específicas por hectárea para las parcelas que hayan perdido más del 30% de su producción" así como "un plan para la modernización del regadío que contribuya a paliar el déficit hídrico estructural".

    Para el presidente provincial, ha quedado constatado que el Consell de nuevo "hace oídos sordos a las demandas de los agricultores" y ha manifestado que espera que "la reclamación que le hacen hoy al Gobierno central, que ya aprobó la misma semana del temporal una batería de medidas, no sea una excusa para no cumplir con su responsabilidad".

    Para el presidente provincial del PP de Valencia, Vicente Betoret, la única política del Consell con agricultores es "la de pedir pero nunca dar" en un sector estratégico para la provincia como es la agricultura.

    En este sentido, Betoret ha recordado que "ya se está notando la falta de políticas autonómicas encaminadas a evitar el éxodo de los profesionales de la agricultura" ya que, sólo en un año, "han permitido que dejen de cultivarse casi 5.500 hectáreas de cítricos y viñedos".

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