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Monseñor Osoro:“Los valencianos tendréis un gran pastor con el cardenal Cañizares, un corazón joven que se juega la vida por Jesucristo”

  • “No se cómo agradecer a los valencianos la profunda felicidad que he vivido estos años”, asegura en PARAULA

El arzobispo electo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro, que durante los últimos cinco años y cuatro meses ha estado al frente de la archidiócesis de Valencia, declara, en una edición especial del semanario diocesano PARAULA publicada con motivo de su nombramiento, que “no sé cómo agradecer a los valencianos todo lo que yo he recibido durante estos años”, un tiempo en el que ha vivido una “profunda felicidad”.

“En Valencia me he sentido muy querido y yo he querido a la gente”, afirma el prelado, que expresa también su gratitud por haber podido “conocer a este pueblo, su riqueza, la hondura cristiana en la que vive, su creatividad y capacidad misionera”, al que ahora, no obstante “siente dejar”.

Igualmente, monseñor Carlos Osoro define a su sucesor en la diócesis, el cardenal valenciano Antonio Cañizares, como “un hombre de Dios, un hombre cuya vida ha sido un servicio total a la Iglesia allí donde le han mandado y en los momentos difíciles”, tiene un “corazón joven, se juega la vida por grandes ideales, y ésos los aprende en la escuela de Nuestro Señor Jesucristo”.

Además, el nuevo arzobispo de Valencia, según el prelado, “está firme siempre en el Señor: si tiene que ir contra corriente va, porque la firmeza no se la da la corriente de turno, el viento que sopla o el sol que más calienta, sino Nuestro Señor”.

Por otra parte, el cardenal Cañizares “es alguien que siempre ha salido de sí mismo para regalar la alegría del Evangelio a los hombres y ha gastado la vida por Jesucristo y la sigue gastando”, ha añadido monseñor Osoro, que muestra su convicción de que los valencianos “tendréis con él un gran pastor: vais a estar muy a gusto con él como yo lo estoy con su amistad”.

“Llegué a Valencia con la convicción de que aquí estaría y moriría”

En la entrevista, el arzobispo electo de Madrid reconoce que llegó a Valencia en 2009 para hacerse cargo de la archidiócesis con la convicción de que “aquí moriría y aquí estaría hasta que Dios quisiera y, por supuesto, si es que vivía, hasta los 75 años”. Pero, “es verdad que tu vida no la tienes en tus manos sino que la tiene Nuestro Señor, y Él se vale de personas concretas para indicarnos el camino que hemos de seguir”.

En este sentido, ha asegurado que “mi vida es para la misión de Cristo, su misión, no la mía, y ésa uno la hace donde le envían”. Por ello, “me voy ahora con la seguridad de que soy enviado para anunciar a Jesucristo y a transmitirlo con la propia vida”, ha expresado el prelado que ha revelado que “a Madrid me llevo una imagen de la Virgen de los Desamparados pero, sobre todo, toda la riqueza de cariño y afecto que me habéis dado”

Encuentros con el papa Francisco

No obstante, “aquí en Valencia dejo mucha gente a la que quiero y que me quiere. Dejo a los seminaristas y a los sacerdotes, a quienes he entregado mi tiempo y mi vida porque sabía que ellos se la entregaban a los demás y hacían posible y transmitían lo que yo quería hacer vivir. Me he sentido en comunión total con ellos. Y esto cuesta dejarlo porque son aspectos, no sólo cristianos, sino también humanos”.

Respecto a su impresión tras los dos encuentros personales que ha tenido con el papa Francisco, asegura “mi experiencia ha sido la de estar al lado de un padre que está preocupado por la familia, la Iglesia, y que está ocupado porque la Iglesia salga a este mundo en todos los lugares a dar un rostro auténtico del Señor, que no sea esas pinturas de spray que después se borran, sino un rostro profundo que llegue al corazón de las personas, que cambie su vida”, ha indicado.

Los jóvenes de las vigilias y los del “fuera la Iglesia de la Universidad”

Igualmente, monseñor Carlos Osoro, al ser preguntado por los cientos de jóvenes que le han acompañado en las vigilias mensuales de oración, reconoce que “son para mí algo especial, me he jugado muchas cosas con la juventud para que tuviese grandes ideales mes tras mes. Y les digo que sigan adelante, con la alegría de anunciar el Evangelio, que merece la pena un mundo distinto, que salgan sin miedo y alegría a servir, un joven sin alegría es preocupante”.

De igual modo, preguntado sobre qué les diría también a los jóvenes radicales que le gritaron “Fuera la Iglesia de la Universidad” durante la última apertura de curso de la Universidad Politécnica de Valencia, monseñor Osoro responde en la entrevista: “Estoy con ellos, también, les escuché y me hicieron preguntarme por qué decían eso. Es importante salir y encontrarse con personas que, quizás, dicen eso porque han tenido alguna experiencia, no de esa madre misericordiosa y dadora de horizontes, de perspectivas, que acompaña, que está a su lado. Yo quise estar a su lado, no me molestó, al contrario, me preocupó y me hizo hacerme preguntas”.

Según añade el hasta ahora titular de la archidiócesis de Valencia, “el Arzobispo ha de ser de todos, y hablar con todos, también con aquellos que a veces no piensan como tú. A lo mejor, ni siquiera han tenido la oportunidad de pensar de una forma distinta porque nadie les ha acercado un rostro verdadero, el rostro humano que aparece en Cristo. Cuando gritaban, yo pensaba, Señor, que yo sea capaz de hacer tus sueños realidad en medio de estos jóvenes porque si lo hago sé que no dirán “fuera la iglesia” sino “quédate, Iglesia”.

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