Monseñor Enrique Benavent toma posesión de la diócesis de Tortosa y llama a “vivir el gozo de sentirnos Iglesia” y a evitar “divisiones”
“Ante las dificultades de la evangelización no soluciona nada acusarnos unos a otros en la Iglesia”
El obispo electo de Tortosa, monseñor Enrique Benavent, ha tomado hoy posesión de su nueva diócesis en una solemne misa en la Catedral tortosina en la que han concelebrado con él dos cardenales, más de veinte arzobispos y obispos y 150 sacerdotes de diferentes diócesis.
En su homilía, que ha pronunciado en catalán y castellano, el prelado ha asegurado ante los fieles que abarrotaban la Catedral, que “quiero vivir mi ministerio como un servicio a Cristo y como un servicio a todos vosotros por amor a Cristo”.
Igualmente, ha llamado a “vivir el gozo de sentirnos Iglesia” y evitar que “las diferencias legítimas no se conviertan en divisiones”. Monseñor Benavent ha advertido que “ante las dificultades que hoy experimentamos para la evangelización fácilmente podemos caer dentro de la misma Iglesia en la tentación de acusarnos los unos a los otros de ser los culpables de la situación que estamos viviendo”. Sin embargo, “esto no soluciona nada, sino que dificulta todavía más el anuncio del Evangelio”. Por ello, monseñor Benavent ha apelado a “a caminar con gozo en la fe” y “anunciar a todos el mensaje del Evangelio”, porque “sin la comunión entre nosotros, nuestro anuncio del Evangelio no pude ser creíble”.
Al comienzo de su homilía, el nuevo obispo de Tortosa ha expresado que acoge “con gratitud al Señor esta nueva misión, porque siempre ha sido un motivo de gozo para mí el poder dedicar mi vida a trabajar en su viña”, y ha asegurado que su nueva responsabilidad, “es una gracia del Señor a pesar de que la misión supera mi capacidad”.
“No quiero poner mi confianza ni en mis fuerzas, ni en las pocas cualidades que el Señor me haya podido regalar a lo largo de mi vida”, ha añadido monseñor Benavent, que ha expresado que “quiero confiar en Él, apoyarme en su gracia, vivir en su amistad, dejarme guiar por la fuerza de su Espíritu y esto es lo que provoca en mi corazón una acción de gracias a Dios a pesar de las dificultades de la misión y de la evangelización en el momento actual”.
En su homilía, monseñor Enrique Benavent, que celebraba también hoy su onomástica, ha manifestado que “el ministerio del obispo no termina en la Iglesia, sino que tiende a que el amor de Dios alcance a todos los hombres”.
Se ha referido, igualmente, a “estos momentos de dificultades, en los que tantas personas y familias sufren las consecuencias de la situación que estamos viviendo” y ha llamado a que “intentemos sembrar horizontes de esperanza a todos: a quienes no tienen trabajo ni hogar, a quienes sufren por situaciones familiares conflictivas, a los enfermos y a quienes viven en soledad” , a través de “la presencia y la cercanía amorosa de los cristianos”. porque “tampoco podemos quedarnos indiferentes ante aquellos que necesitan un signo o una palabra que haga renacer la alegría y la esperanza en sus corazones”.
Al término de su homilía, monseñor Benavent ha invocado la ayuda de la Mare de Déu de la Cinta, patrona de Tortosa para “que ella nos guíe para que todos nosotros, pastores y Pueblo de Dios, recibamos del Señor la corona de gloria que no se marchita”.
