Llutxent conmemora mañana el “Misterio de los Corporales” ocurrido durante la reconquista por Jaime I
El obispo de Ibiza preside una misa a las 12 en la iglesia del Corpus Christi
El obispo de Ibiza, monseñor Vicente Juan Segura,presidirá mañana, domingo, la celebración del “Misterio de los Corporales” en la localidad valenciana de Llutxent, en conmemoración del hallazgo de varias formas consagradas que aparecieron ensangrentadas tras rechazar las tropas del rey Jaime I un ataque musulmán.
El prelado valenciano oficiará una misa en la iglesia del Corpus Christi a las 12 horas, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el párroco Pascual Serna. Durante la celebración “se recordará al beato valenciano José Aparicio Sanz, mártir de la persecución religiosa de 1936, que recuperó la tradición de celebrar el misterio hace 80 años”.
Tras la misa tendrá lugar la exposición del Santísimo con turnos de adoración para los feligreses de las localidades de Daroca (Zaragoza), Carboneras de Guadazaón (Cuenca), Llutxent y del resto de la comarca de La Vall d´Albaida, que participan cada año en esta festividad, ha añadido.
Por la tarde, a las 16 horas, dará comienzo una procesión eucarística desde la iglesia del Corpus Christi hasta la parroquia. A continuación, los fieles podrán venerar la reliquia del beato José Aparicio, natural de Enguera, que recuperó la tradición de celebrar el misterio y fundó la Hermandad del Santísimo Misterio de los Corporales.
Tradición desde Jaime I
La fiesta del Misterio de los Corporales recuerda un episodio ocurrido en la reconquista de Llutxent por las tropas del rey Jaime I, cuando antes de la batalla, las huestes del rey cristiano celebraron una eucaristía, momento que aprovecharon los musulmanes para lanzar un ataque.
El sacerdote que oficiaba la misa dobló los corporales que contenían las formas consagradas y las guardó debajo de una piedra. Tras ser rechazado el ataque, al recuperar el sacerdote los corporales, descubrió que las formas estaban ensangrentadas.
Actualmente, las formas sagradas se conservan en Daroca, a donde fueron trasladadas por los responsables del ejército cristiano que reconquistó Llutxent.
