Agentes sociales y empresariales de la Ribera consideran que los nuevos yacimientos de empleo tendrán un impacto moderado en la Ribera
Según un estudio realizado por el Pacto Territorial por el Empleo en la Ribera (PATER) la mayor parte de agentes sociales y económicos de la comarca considera que los llamados nuevos yacimientos de empleo tendrán una repercusión moderada sobre el mercado laboral en La Ribera, de modo que podrán absorber parte de la masa laboral desempleada.
Esta nueva publicación del PATER, titulada “La persona demandante de empleo en La Ribera. Situación y necesidades de los sectores productivos de La Ribera y nuevas oportunidades de empleo en sectores emergentes”, recoge la opinión de Agencias de Empleo y Desarrollo Local (AEDL), personas desempleadas, empresariado en general y propietarios de empresas relacionadas con los nuevos yacimientos de empleo.
A lo largo de este estudio se analizan diversas cuestiones relacionadas con la situación económica general y su recuperación, las mayores preocupaciones de las empresas, las mejores opciones formativas en la comarca y las expectativas de consolidación de los nuevos sectores de empleo emergentes en La Ribera.
En este sentido, durante el estudio se plantea qué importancia tienen los nuevos yacimientos de empleo, con cuatro posibles respuestas que plantean diferentes escenarios, desde la posibilidad de que los nuevos yacimientos de empleo han creado una expectativa que no es real hasta la consideración de que estas clases de trabajo son el único futuro en el mercado laboral.
De este modo, el 54,11% de las personas encuestadas estima que los nuevos yacimientos de empleo significarán un impacto moderado en el mercado laboral, que podrán absorber una parte de la masa laboral desempleada. El 13,59% opina que se ha creado una expectativa que no es real, el 17,87% considera que tendrán un gran impacto y podrán acoger a la mayoría de personas desempleadas provenientes de otros sectores, mientras que el 8,95% piensa que realmente son el único futuro. Por su parte, el 5,48% no cuenta con una opinión definida sobre este asunto.
Si la interpretación a esta pregunta se fragmenta según los colectivos presentes en el estudio, la disparidad es amplia. De este modo se comprueba que el empresariado en general de La Ribera es el grupo que menos esperanzas tiene sobre los nuevos yacimientos de empleo, con un 42,73% de encuestados que juzga que se ha creado una expectativa no real.
Como contraste, tan sólo el 7,69% del empresariado que ya trabaja en sectores de empleo emergentes considera que se ha creado una perspectiva que no es real e incluso un 15,38% piensa que son el único futuro posible en el mercado laboral. Por su parte el colectivo de AEDLs de la comarca confía en el desarrollo de estos campos de empleo, ya que el 73,68% valora que estos sectores significarán un impacto moderado y tan solo el 5,26% piensa que se ha creado una expectación que no se corresponde con la realidad.
Respecto a la opinión de las personas desempleadas, las respuestas se presentan muy equilibradas entre las opciones más optimistas y las más derrotistas, aunque la mayoría de ellos, un 38,5% calcula que los sectores de empleo emergentes tendrán una importancia moderada en la economía en general.
Este estudio se ha realizado con la colaboración de 111 empresas de diverso tamaño y de diversa procedencia dentro de la comarca de La Ribera, 200 personas desempleadas, 19 AEDLs y 16 empresas directamente relacionadas con los nuevos yacimientos de empleo.
El concepto de nuevos yacimientos de empleo
La expresión nuevos yacimientos de empleo aparece en 1993 en el llamado Libro blanco: crecimiento, competitividad y empleo, retos y pistas para entrar en el siglo XXI, que presentó el entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. En el documento se apostaba por un crecimiento articulado en torno a un tipo de empleo basado en el bienestar y la calidad de vida.
En concreto se marcaban unos campos hacia los cuales podrían crecer la economía en un futuro, como los servicios a domicilio, la atención a los niños, las nuevas tecnologías de la información y comunicación, la mejora de la vivienda, la seguridad, los transportes colectivos locales, el turismo, el sector audiovisual, la valoración del patrimonio cultural, la gestión de residuos y del agua, la protección y mantenimiento de las zonas naturales y el control de la contaminación y las instalaciones correspondientes, entre otros.
Asimismo, para la promoción de estos nuevos tipos de empleo, según esta publicación europea, se debía apostar por la educación y la formación permanente, un aumento de la flexibilidad laboral y renovar las políticas de empleo. La necesidad de desarrollar estos sectores está relacionada con diversas transformaciones que han sucedido en una economía global, como los cambios demográficos, sociológicos, en la estructura familiar, en el mundo laboral y los diversos problemas medioambientales.
