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“En Valencia hemos tenido a los mejores obradores de imaginería religiosa de la posguerra”

“En Valencia hemos tenido a los mejores obradores de imaginería religiosa de la posguerra”
  • Juan Bautista Tormos, autor del libro "Art Sacre": "A muchos de estos maestros de la plástica figurativa se les sigue llamando “santeros” u otros calificativos despectivos"

  • La obra ha sido editada en tomos separados, en valenciano y castellano, por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Valencia

  • El autor presenta unos textos identificables con espacios dedicados al culto repartidos a lo largo y ancho de la comarca valenciana

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“En Valencia hemos tenido a los mejores obradores de imaginería religiosa de la posguerra” - (foto 2)

Juan Bautista Tormos Capilla nació en Albalat dels Sorells en 1967. Desde el año 1991 es profesor de F. P. por la especialidad de Instalaciones Electrotécnicas.  A partir del año 2005 se introdujo de pleno en la investigación sobre la Música Sacra, concretamente, en su vertiente Popular o Folklórica. En 2006 publicó el ensayo sobre l’Estudi Musicològic als Gojos del Santíssim Crist de les Ànimes. Un año más tarde estrenó la Marxa Processional al Santíssim Crist de les Ànimes. El Servicio de Publicaciones de la Diputación de Castellón, se hizo cargo en el 2009 de la edición de su segundo estudio sobre la Canción Estrófica o Romance, también de índole religioso, obra titulada Los Gozos al Santísimo Cristo de la Sed de Gaibiel: Imagen, Poesía y Música. En la actualidad se ha involucrado en el estudio de la Escultura e Imagineria Religiosa de la Posguerra Valenciana. Este ha sido el “leiv motiv” que le ha acompañado a lo largo de su última publicación, obra que ha sido editada en tomos separados, en valenciano y castellano, por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Valencia.

- ¿Por qué Art Sacre?

- En cierta manera es el título que más nos introduce en el tema que el lector se va encontrar a lo largo de toda la obra. De hecho, mi intención ha sido en todo momento hablar de Arte, de Arte Sacro en su vertiente escultórica e imaginera.

- Ha querido plasmar el patrimonio histórico de la Iglesia de los Santos Reyes de Albalat dels Sorells? ¿Por qué?

- En realidad no fue esta mi intención sino más bien sacar del anonimato la imagen más venerada por los vecinos de Albalat dels Sorells, es decir, la imagen del Santíssim Crist de les Ànimes. Sin embargo, el hecho de ir consiguiendo a largo de los más de tres años de investigación tanto material documental y gráfico sobre la imaginería de posguerra, hizo que me planteara la idea de extender el campo de investigación al resto del patrimonio imaginero que atesora la citada iglesia parroquial.

- ¿Cómo surgió la idea de investigar el patrimonio imaginero?

- Surgió a partir de mis estudios y análisis musicológicos, sobre todo, al llegar a saber que la imagen en la que se basaba mi primera publicación era de autor desconocido. Tenga en cuenta que existe una estrecha relación entre la imagen a la que los fieles ofrendan su alabanza, y a la cual con posterioridad los poetas y músicos han dedicado sus composiciones. De hecho, la fuente de inspiración para todos ellos ha sido a lo largo de los siglos el contemplar la imagen de la advocación en cuestión, bien sea esta mariana, cristológica o de cualquier otra hagiografía que les suscita unción y piedad religiosa.

- ¿Por qué quiere “homenajear” a esta generación de escultores imagineros y artistas religiosos?

- A medida que pasaba el tiempo, el trabajo de campo se extendió al resto de imágenes que se custodian y veneran en la Iglesia de los Santos Reyes. Y, al final, la investigación se ha convertido en un gran homenaje a los protagonistas de excepción de aquella extraordinaria promoción de artistas valencianos. Sinceramente, creo que ha sido una generación escasamente valorada. En muchas de las arterias de la ciudad de Valencia, hemos tenido a los mejores y más reconocidos talleres y obradores dedicados a la imaginería religiosa de posguerra de todo el ámbito nacional. Le puedo asegurar, que a lo largo y ancho de todo el territorio español no hubo en esas décadas inmediatas a la Guerra Civil, centros tan fecundos y profesionales como los que tuvo la ciudad de Valencia y su metrópolis.

- Se centra en la posguerra. ¿Por qué?

- Porque la imagen que me introduce a investigar en esta disciplina artística es una imagen posbélica. En un principio, se pensaba que podría ser una talla del año 1940. Sin embargo y, gracias a los hallazgos localizados en la hemeroteca de la Biblioteca Valenciana, se trata de una figura escultórica del año 1939.

- En el libro aparece, que en los años 40-50 del pasado siglo se tallaron más de 3.000 imágenes que hoy en día están repartidas por las iglesias. Cuéntenos un poco…

Efectivamente. En nuestra demarcación territorial se destruyeron muchas obras imagineras. Al concluir la guerra, un buen número de los talleres que previamente se habían dedicado al cincelado de la piedra o el mármol, se dedicaron también a tallar imágenes religiosas. Tenga en cuenta que, la necesidad imperiosa de reponer rápidamente el patrimonio imaginero, ocasionó el resurgimiento a gran escala de este oficio ancestral. Talleres, obradores y estudios de escultura religiosa como los regentados por los Vicente Tena, Pio Mollar, Carmelo Vicent, José María Ponsoda, Antonio Sanjuán, José Dies, Rausell-Lloréns, Gaspar-Peregrín, Royo-Rabasa, entre muchos otros, tenían toda una pléyade de colaboradores y operarios que trabajaban casi de manera seriada las imágenes de retablo o procesionales.

Un claro ejemplo de lo expuesto sería el obrador de la Plaza de San Lorenzo número 2 de Valencia. De aquel taller fecundo regentado por el señor Ponsoda, se estima que salieron más de 2800 tallas en poco más de dos décadas. Piezas que a día de hoy se encuentran emplazadas en diferentes destinos nacionales e internacionales.

-Alguna anécdota durante los más de tres años de investigación.

- El típico encargo de la época que siempre iba precedido por la estampa de la imagen que se destruyó en el 36. Fotografía a la que se tenía que acoger el maestro del taller sin salirse de lo que se ha llegado a llamar “obra de imitación”. Nula creación o innovación artística en la obra. El artífice de la talla se tenía que ceñir, rigurosamente, al encargo, imitando o copinado la imagen de la que la feligresía guardaba el recuerdo. De ahí se desprende que, la imaginería de la posguerra valenciana es obra de depurada técnica pero, inmersa en una gran uniformidad.

- La segunda parte de la publicación versa con exclusividad alrededor de la imagen del Santísimo Cristo de las Ánimas. ¿Qué novedades ha encontrado o cuénteme cómo fue el estudio y creación de la crónica?

- A medida que iba recopilando información sobre la talla del Cristo, intenté conocer la identidad del autor de la imagen o, en su caso, del obrador en la que ésta se gubió. Al tener que hacer uso de los diferentes análisis iconográficos que se realizaban por parte de los especialistas consultados, pensé que el mejor método de trabajo sería el cronológico, redactado en forma de efemérides.

- También, dice en el libro que muchos escultores imagineros eran hombres de negocios y no se dedicaban a la escultura, decoración, policromía… ¿Por qué?

- Es cierto. Gracias a los testimonios que he venido recopilando, todos ellos realizados en primera persona por artistas que vivieron aquel período excepcional del arte valenciano, he llegado a conocer antecedentes de algunos gerentes de obradores que firmaron proyectos de imágenes que con posterioridad aprobaría la Junta Diocesana de Arte Sacro de Valencia. Personas que han pasado a formar parte de la Historia de la Imaginería de la Posguerra Valenciana sin haber labrado nunca una imagen. Hoy en día, a muchos de estos maestros de la plástica figurativa se les sigue llamando “santeros” u otros calificativos despectivos.

- ¿A qué imagineros homenajea?

- A lo largo de la crónica de investigación, muchos de los asesores y colaboradores aludían a dos de los escultores-imagineros que más se mencionan en el texto: Antonio Sanjuán Villalba y Ramón Granell Pascual. La verdad es que la figura de Sanjuán ha sido reconocida por muchos críticos de arte, incluso se le ha llegado a catalogar como El último gran imaginero español. Sin embargo, datos biográficos de ambos autores no los he llegado a conocer con profundidad por la escasa documentación que existe al respecto. Este fue el motivo por el cual me propuse homenajearlos a ambos.

-¿Qué opinión le merece el extraordinario acto de presentación de las obras que tuvo lugar el pasado sábado 1 en el Espai Cultural de Albalat dels Sorells?

- Bueno, tenga en cuenta que la mesa de presentación estaba compuesta de grandes personalidades de la cultura y las artes plásticas valencianas: el Dr. en Historia del Arte y director de la revista PASSOS de Arte y Cultura, Antonio Bonet Salamanca, los escultores Manolo Rodríguez y Ricardo Rico, el catedrático, pintor y restaurador, Miquel Hurtado junto al profesor y artesano religioso Paco López. También he de reconocer la preparación e interés que mostró la diputada de Administración General y Patrimonio, Carlota Navarro. En todo caso, lo único que me entristeció fue el escaso público de Albalat que se congregó en el acto, de hecho, la casi totalidad de los presentes eran de otros lugares

- Ya para terminar, ¿tiene algún proyecto en marcha actualmente?

- Si, en estos momentos estamos ultimando la maqueta de una investigación solicitada por el Ayuntamiento de Moncada, que tratará a fondo los Tesoros del Patrimonio Imaginero de Moncada. Este encargo surgió a raíz de entregar el borrador de la obra Art Sacre al Vicepresidente y diputado de Cooperación Municipal de la Diputación de Valencia, Juan José Medina, persona a la que le estoy muy agradecido por confiar en mi investigación. Es muy probable que la obra para Moncada vea la luz en vísperas de la festividad de Santa Bárbara, patrona de la ciudad y de su arciprestazgo.

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