Un profesor de la UCV obtiene “cum laude” en una tesis sobre la prevención de las conductas violentas en adolescentes
Defendida por el profesor de Ciencias de la Educación Pedro Senabre
Una tesis defendida en la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” (UCV) por un profesor de Ciencias de la Educación ha demostrado que la conducta violenta de los adolescentes “puede prevenirse desde la propia familia”.
Según Pedro Senabre, profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte de la UCV, que ha obtenido sobresaliente ‘cum laude’, la combinación de “escaso o nulo afecto acompañado de carencias en el control parental de la conducta, está relacionado con hijos con baja o nula autoestima que acompañada de frustración y falta de búsqueda de un sentido en la vida son caldo de cultivo de comportamientos violentos”.
Por el contrario, un estilo de parentalidad basado en una autoridad firme caracterizada por una comunicación positiva entre padres e hijos y una supervisión de las pautas y normas se asocia con un óptimo ajuste y constituye un factor protector del desarrollo de problemas de conducta violenta”, ha indicado.
En este sentido, “una educación centrada en el amor, la aceptación y la implicación en la dinámica familiar favorece la búsqueda de sentido de la vida y bajos niveles de comportamientos agresivos”, ha destacado.
De la misma manera, Senabre ha subrayado que “estilos de crianza caracterizados por la imposición de reglas y normas rígidas, acompañadas de riñas y castigos, se relaciona con un aumento de la agresividad”. Esto supone que el adolescente participa en “más enfrentamientos directos con golpes, empujones o amenazas”.
La tesis doctoral, titulada ‘Estilos parentales, ajuste personal y logro de sentido: Relación con la conducta agresiva en una muestra de adolescentes escolares’, ha sido dirigida por Sergio Murgui Pérez y Yolanda Ruiz Ordóñez.
La tesis aporta una investigación empírica realizada sobre 771 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de colegios públicos, concertados y privados de la provincia de Valencia. Con la información aportada por los escolares, el investigador ha realizado diversos análisis estadísticos que relacionan los factores psicológicos y variables como las dimensiones de parentalidad (aceptación-implicación y coerción-imposición de los padres), ajuste personal (autoestima y satisfacción con la vida), logro de sentido y conducta agresiva.
Igualmente, Senabre ha investigado otras variables como la importancia de la madre en el ajuste del adolescente. Así, cuando es la madre la que emplea un estilo coercitivo, “desciende la autoestima emocional y la autoestima familiar”. Al respecto, ha clarificado que “tal vez, porque el vínculo maternal está más relacionado con la expresión de emociones, la capacidad de sentir y expresar distintos sentimientos y porque la mayor presencia y disposición en el hogar familiar permite potenciar la autoestima de los hijos”.
La tesis también contempla que una mayor autoestima física y una menor autoestima emocional “pronostica mayores niveles de agresividad indirecta”. Senabre ha subrayado que “esto nos sugiere que un adecuado control emocional y la óptima capacidad de expresar los sentimientos ayuda a disminuir la agresividad indirecta o encubierta”, es decir, un tipo de agresividad psicológica que, “de modo sutil trata de perjudicar el bienestar del agredido interfiriendo en sus relaciones interpersonales mediante exclusiones, sobrenombres o rumores, entre otros”.
Igualmente, Senabre ha trabajado variables como el ‘Logro de Sentido’, y ha determinado que “adolescentes con un significado de la vida, con razones y motivos para vivir la vida, que poseen metas y objetivos y con experiencias vitales enriquecedoras participan en menos comportamientos violentos".
La investigación ha resultado calificada con Sobresaliente ‘cum laude’ por un tribunal presidido por Ángel García Ferriol, de la Universitat de Valencia y formado por Mª Dolores Grau Sevilla y Francisco Gallego Pérez, de la Universidad Católica de Valencia; Fernando García Pérez, de la Universitat de València e Isabel Martínez Sánchez, de la Universidad de Castilla-La Mancha.
