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Un grupo de discapacitados psíquicos del Hospital Padre Jofré visita las instalaciones de FGV en València Sud

  • Los visitantes se han desplazado en metro desde la estación de Hospital acompañados por tres monitores

  • En el transcurso de la visita han conocido el funcionamiento del Puesto de Mando de Metrovalencia

  • Han tenido ocasión de acceder a la cabina de conducción de una de las unidades de metro

Un grupo de 12 discapacitados mentales del Hospital Padre Jofré de Valencia ha visitado hoy las instalaciones de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) de València Sud. Durante la visita, han tenido la oportunidad de asistir a una charla donde personal de la empresa les ha dado a conocer el funcionamiento de Metrovalencia. Posteriormente, han recorrido el Puesto de Mando desde donde se dirige toda la circulación de la red y han visitado una unidad del suburbano.

El grupo se ha desplazado en metro, desde la estación de Hospital, de las líneas 1 y 5, hasta las dependencias de València Sud, acompañados por tres monitores del centro sanitario. En el salón de actos, personal del departamento de comunicación y de atención al cliente de FGV les ha explicado el funcionamiento de la empresa: los distintos desempeños de los trabajadores, cómo se organizan los servicios de transporte y cómo se atiende a los viajeros.

Los asistentes no han dudado en preguntar todo aquello que les haya causado curiosidad sobre el funcionamiento del metro. Uno de los objetivos de los responsables de estos pacientes es conseguir la mayor independencia posible en la vida cotidiana de éstos, algo que conlleva ser usuario del transporte público de manera autónoma.

Tras la charla-conferencia se les ha informado sobre las distintas unidades que integran el parque móvil y se les ha acompañado hasta el Puesto de Mando, lugar desde donde se regula la circulación de los trenes y tranvías de las distintas líneas de Metrovalencia.

Finalmente, han visitado el interior y la cabina de conducción de una de las unidades de metro de la serie 4.300 de Vossloh. Estos vehículos se han convertido en un auténtico campo de pruebas para algunos, en especial para los que se sentían atraídos por los numerosos botones de la cabina de la motora.

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