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Más de 2.000 personas viven un Juliol Musical de gran calidad técnica y con el valor añadido de ubicarse en los BICs del municipio

Más de 2.000 personas viven un Juliol Musical de gran calidad técnica y con el valor añadido de ubicarse en los BICs del municipio
  • El claustro de la Cartuja, el patio y las escalinatas del Monasterio y el Castillo de la Patà han sido los escenarios de una buena selección de flamenco y jazz, música barroca y de raíces mediterráneas, cine al aire libre

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Más de 2.000 personas viven un Juliol Musical de gran calidad técnica y con el valor añadido de ubicarse en los BICs del municipio - (foto 2)

El Juliol Musical, en su catorceavo aniversario, ha vuelto a los sitios en los que nació, a los BICS (Bienes de Interés Cultural) del municipio, donde originalmente se empezaron a realizar las actuaciones de este festival de música. Las piedras centenarias del Castillo de la Patá, el claustro de la Cartuja de Aracristi, la imponente escalinata y la “lluna” del monasterio han sido testimonio, del 23 al 27 de julio de los conciertos de la edición de este año. Se pudo disfrutar de flamenco y jazz, música barroca y de raíces mediterráneas y cine al aire libre. El broche de oro lo puso ayer la actuación de la Unión Musical Santa Maria del Puig y la Coral Julio Ribelles con obras referentes como Vasa o Réquiem en Re menor de Fauré.

“El Juliol Musical se ha convertido en una cita obligada para los amantes de la música porque está basado en un programa de gran calidad musical sobre el marco de nuestros históricos monumentos” ha explicado Jose Miguel Tolosa, primer edil.

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