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El Centro de Salud de Puçol recuerda que, en mayo, lo importante es no bajar la guardia

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    Hoy, el Centro de Salud de Puçol está funcionando con normalidad, dentro de la situación excepcional que vivimos. Pasados los primeros días, en que todos vivíamos en un mar de dudas, los equipos son los adecuados, los horarios se respetan, los vecinos llaman en vez de acudir y el sistema, en general, funciona según lo previsto. En mayo, con la puesta en marcha de horarios para salir a pasear, hacer deporte y jugar con los niños, es importante no bajar la guardia.

    Rosa Ramírez es la jefa de zona básica y Carolina Fernández Pérez la coordinadora enfermería, juntas acuden todos los días al Centro de Salud de Puçol desde que comenzó el estado de alarma. Son de las pocas personas que siempre están ahí, el resto del personal se alterna, de forma que sólo trabaja el 50% del equipo en cada turno.

    «Venimos todos los días, como jefas que somos, junto con la administración… los demás se van turnando en dos grupos; del equipo habitual, todo el centro trabaja al 50% excepto cuatro personas», apunta Rosa. «Además, tenemos personal de refuerzo en el centro: han entrado en estas fechas médicos, enfermeros y auxiliares, que vienen todos los días», añade Carolina.

    Juntas repasan por videoconferencia los trabajos realizados, las medidas que no hay que olvidar, lo que queda por venir… y su balance, de momento, es positivo.

    «Al principio, íbamos escasos… pero pronto se normalizó la entrega de materiales para protegernos. Ahora tenemos de todo». Fue una situación inicial breve, que pilló a todos poniéndose las pilas, aunque en el caso de Puçol contaron con ayuda extra: «Hubo en los primeros días algunas donaciones de vecinos y entidades, además de apoyos de todo tipo. No nos podemos quejar, no hemos estado solos».

    Luego, asumido el golpe inicial, comenzó la fase de sensibilización, de recordatorios continuos, en la que todavía continuamos. Son casi dos meses en los que ha habido que revisar todo, pero Rosa y Carolina consideran que los vecinos han sabido adaptarse.

    «Las extracciones de sangre han generado problemas porque son un tema muy delicado, pero actualmente sólo se hacen las más urgentes, algo que los vecinos entienden y están colaborando». La medida, como la mayor parte de todas las que se están tomando, van dirigidas a evitar la asistencia directa al Centro de Salud, salvo en casos imprescindibles.

    Y los vecinos, en general, han entendido el mensaje desde el principio: «La gente se está portando muy bien, nos están haciendo caso y todas las gestiones las estamos realizando vía telefónica, algo que entienden que es por el bien de todos, para evitar contagios».

    Un servicio, el telefónico, que también ha tenido que adaptarse y ampliar líneas, horarios y personal que lo atiende. Esa era la queja inicial: tardaban mucho en atender cada llamada y los vecinos, como siempre, buscaban respuestas inmediatas… Todos hemos tenido que mejorar esa virtud, la paciencia, que tanto estamos aprendiendo a cultivar estos días.

    «Durante la mañana, hay momentos en que estamos diez personas a la vez con los teléfonos. Paciencia, por favor. De 8 a 15 horas atendemos continuamente y, a partir de 15 horas, sólo urgencias».

    En realidad, el horario del Centro de Salud es el mismo, pero sin atención directa, sólo atención telefónica, salvo excepciones que determina el personal del centro: «Las urgencias funcionan como siempre, desde las 3 de la tarde a las 8 de la mañana… pero también telefónicamente. Hay que llamar y el equipo que te atiende decide si el paciente debe venir o no al centro».

    Tres personas atendiendo continuamente las llamadas telefónicas y los médicos, a su vez, llamando a los pacientes. Todos en marcha, pero evitando en la medida de lo posible el contacto directo, algo que, en los últimos días, a principios de mayo, se está poniendo a prueba por las salidas, primero de los más pequeños y después de todos los vecinos con distintos horarios.

    «Salir con los niños ha despistado a algunos. Hay que tener cuidado con eso: no se puede llevar a un niño a Centro de Salud si no lo hemos autorizado nosotros. Es preciso que los niños salgan, también son necesarios el deporte y los paseos, pero hay que extremar las medidas de precaución», recuerda Carolina; a lo que Rosa añade: «No debemos olvidar las medidas que tenemos en el cartel que estamos distribuyendo en colaboración con el Ayuntamiento: no jugar juntos con otros niños es imprescindible y, tras el regreso a casa, la limpieza, sobre todo las manos… algo imprescindible también para los adultos: lavarse continuamente las manos».

    Para las coordinadoras, la mascarilla es imprescindible para salir de casa, incluso para los niños a partir de 4 años: «basta con deslizar la goma de las mascarillas quirúrgicas, para que se ajuste al tamaño de la cara del niño». En el caso de los más pequeños, la incomodidad que genera, que les lleva a quitársela continuamente, no compensa.

    Y, por supuesto, hay casos en los que el médico determina que hay que acudir al centro, siempre con cita previa, en el horario establecido: «El vecino debe llamar y en los casos necesarios, desde el Centro de Salud le decimos cuándo y dónde debe venir».

    Ese dónde tiene una explicación: ahora mismo el centro ha cambiado su distribución habitual, siempre buscando la máxima seguridad: pediatría ocupa toda la planta baja y adultos en la primera planta. Es importante evitar en la medida de lo posible el contacto.

    La higiene de manos, la mascarilla, no venir al Centro de Salud sino llamar, esas son las claves: «aunque se pueda salir con los peques de la casa, no venir aquí. Sólo nosotros decidimos quiénes pueden venir con cita previa», insisten las dos. Tienen claro que los mensajes son pocos, concisos, pero repetidos continuamente.

    Insisten que en general están satisfechas con la respuesta de los vecinos. Recuerdan que las recetas siempre se piden por vía telefónica y que no se puede hacer cola dentro del Centro de Salud, por eso hay que llamar para explicar cada caso y, si es preciso atender en el domicilio o desplazarse al Centro de Salud, la decisión siempre la toma el médico, no el paciente.

    Y de todos esos mensajes, sencillos y directos, destaca uno: estamos consiguiéndolo, así que ahora lo importante es no bajar la guardia.

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