El profesor Mínguez explica como el cine ha contribuido a crear un relato alrededor del Empire State
Los rascacielos comenzaron a construirse en Norteamérica a finales del siglo XIX. Chicago fue una de las primeras ciudades en acogerlos, poco después del incendio que la asoló en 1871 y gracias a la ayuda de dos innovaciones tecnológicas: el ascensor y el uso del acero en la construcción. Su estilo era geométrico, con el tejado en horizontal, aunque después de la Exposición Mundial Colombina, se incorporaran detalles neoclásicos o neogóticos, pero creando un estilo propio denominado internacional.
Nueva York inicia su andadura a finales del siglo XIX y principios del XX, con edificios como el Flatiron o el Woolworth, que fue el más alto del mundo durante 17 años. En la década de los treinta se construirían sus dos rascacielos más conocidos, el edificio Chrysler y el Empire State, que estuvo inspirado en la Torre Carew de Cincinnati, y que costó 9 millones de dólares menos de lo presupuestado debido a la Depresión del 29.
Dos elementos sustentan el mito de este edificio: fue el primero que superó los 100 pisos de altura y durante cuarenta años ostentó el título de ser el más alto del mundo. “La contribución del celuloide a la creación del mito se realiza a través de dos tipos de historias, románticas o catastróficas” explica el profesor Mínguez. En ellas el Empire State se convierte en lugar de referencia de la historia, como por ejemplo en King Kong donde se combinan los dos tipos de relato.
Una de las películas que incluye el Empire State como punto neurálgico de la trama (romántica) es Love Affair, que elige el edificio situado en la intersección de la Quinta Avenida y West 34th Street, como lugar de encuentro de una pareja de enamorados, igual que otro filme basado en ella Sleepless in Seattle, protagonizado por Meg Ryan y Tom Hanks. Un día en Nueva York es otro de los largometrajes que utiliza el edificio como escenario, de la misma forma que New York I love you, que narra diferentes historias de amor.
Su silueta, ha comentado Mínguez, también aparece en otros carteles como Gangs of New York (en el trozo rasgado de la bandera) y fue grabada durante más de ocho horas por Andy Warhol para su película Empire (1965). Entre los largos que utilizan el Empire State como objetivo para la destrucción destacan títulos como Independence Day, Godzilla o Señales del futuro. El profesor Mínguez, quien ha ido desgranando detalles y anécdotas de los títulos durante su intervención, ha hecho referencia a una historia real protagonizada por el edificio en la década de los cuarenta, cuando un avión se estrelló con el Empire State y destruyó una de sus plantas, recordando el atentado de principios de siglo en las Torres Gemelas.
