La doctora Sampietro defiende la evaluación de la incorporación de las nuevas tecnologías en los hospitales
La subdirectora de Innovación del Hospital Clínic de Barcelona ha defendido la necesidad de contar con unidades de valoración de las nuevas tecnologías en la práctica hospitalaria. Laura Sampietro es consciente de que actualmente no existe entre los profesionales clínicos una cultura que considere necesario este tipo de evaluaciones, pero que son imprescindibles si se quieren tomar buenas decisiones para abordar la planificación y gestión de las tecnologías.
Sampietro ha participado en la segunda jornada del curso de verano “La incorporación de las tecnologías sanitarias en el estado español: situación presente y perspectivas de futuro” que se desarrolla durante esta semana en el Hotel Orange de Benicàssim con la conferencia “La innovación biomédica en hospitales universitarios: La evaluación de la incorporación de nuevas tecnologías en la práctica hospitalaria. Experiencias en el estado español e internacional”.
Entre los aspectos que se evalúan está la seguridad, la eficacia, el impacto organizativo o el impacto en el presupuesto y “en el proceso de valoración se debe intentar ir más allá del impacto sanitario”, afirma Sampietro, quien asegura que el reto está en “evaluar cuándo una nueva tecnología puede ser efectiva en una patología”.
Actualmente los hospitales que aplican estos procesos evaluativos utilizan unos cuestionarios donde se incluyen preguntas relacionadas con la eficacia, la seguridad, el presupuesto o el impacto en la organización, con el objetivo de obtener un informe de pocas páginas que sirva a los responsables para tomar una decisión. El mini-HTA es el nombre de uno de esos informes, que en países como Suecia o Dinamarca es compartido por medio de una base de datos para que todos los profesionales puedan acceder a ellos.
Los hospitales aplican diversos modelos a la hora de tomar decisiones sobre la incorporación de nuevas tecnologías. El de maximización valora que los beneficios superen a los costes; el estratégico tiene en cuenta la captación de líderes clínicos i el de maximización de la utilidad se basa, principalmente, en las necesidades del paciente.
En España, comunidades autónomas como Andalucía y Cataluña ya tienen implantados sistemas de valoración en los centros sanitarios. En concreto, el hospital universitario en el que trabaja Laura Sampietro, el Clínic de Barcelona, cuenta con un departamento desde hace un par de años. El planteamiento de este centro destaca por la introducción de tecnologías emergentes, aquellas a las que aún les falta una década para salir a la práctica, y la confección de relaciones de tecnologías por especialidades.
La doctora ha explicado que si bien el sistema tiene debilidades como la falta de recursos humanos especializados o de un modelo de integración; posee otras fortalezas, como la integración de clínicos y evaluadores en un determinado objetivo, que no es otro que realizar una evaluación real del producto tecnológico.
En cuanto a las amenazas a este proceso, Sampietro ha citado a la industria, las autoridades sanitarias o los mismos médicos, pero ha concluido destacando las oportunidades que aporta al sistema de planificación, como la creación de un estado de opinión favorable o la aplicación de valores de eficacia y eficiencia en los centros sanitarios.
