El ex-director de El Periódico de Cataluña, Antonio Franco, aboga por una reducción del precio de los diarios en un curso de verano de la UJI
Nunca ha habido una mejor época para hacer periodismo escrito, y nunca ha habido una peor para ganarse la vida ejerciéndolo; hay más mercado que nunca, pero menos ingresos”. Esta cita de John Carlin, articulista de El País, resume la intervención del consejero editorial del Grupo Zeta, Antonio Franco, que ha realizado una exposición de los grandes problemas a los que se enfrenta el periodismo del futuro en el curso de verano “Retos del periodismo en el siglo XXI” que se celebra durante esta semana en Morella.
Antonio Franco ha iniciado la conferencia “¿Hacia el fin de los diarios?” con una sentencia que ha remarcado a lo largo de su intervención: “no nos encontramos ante el final de los diarios, aunque el negocio tendrá que adaptarse al futuro”, ha comentado.
Los diarios pertenecen a una generación menguante, creyendo que la información de calidad, la ética, el contrapeso de los argumentos i la defensa de los derechos de los ciudadanos van unidos a la prensa en papel. Pero la realidad actual es que los usuarios de información prefieren el impacto y la espectacularidad de los medios instantáneos como la televisión.
Otro problema al que se enfrenta la prensa tradicional es la cada vez más habitual influencia de los poderes públicos en la información. Una circunstancia que se refleja en un dato: dos de cada tres periodistas pertenecen hoy día a gabinetes de comunicación y no trabajan al servicio de la opinión pública.
A este problema, que ha centrado la conferencia, se une el exceso de oferta informativa, que aglutina contenidos trascendentales con otros irrelevantes, publicitarios y partidistas, además del contexto de gratuidad que han potenciado los diarios gratuitos, una situación de la que Antonio Franco ha hecho responsables a los mismos propietarios de las cabeceras escritas tradicionales, que pensaron que se podían abrir ediciones digitales en Internet que conjuntaron este carácter gratuito con la calidad de la información, un pensamiento erróneo que ha llevado a una situación irreversible.
Estos problemas se suman a un progresivo abandono de los hábitos de lectura para estar informados y a una retirada creciente de los anunciantes, que aportan hoy día un 30% del total de las inserciones publicitarias que contrataban hace un año y que no superará el 50% una vez la coyuntura económica haya vuelto a la normalidad.
A todo esto, hay que añadir la falta de un copyright a la información, lo que permite que algunos medios y especialmente los gratuitos se aprovechen del esfuerzo de los periodistas y de la inversión de los diarios, fusilando contenidos para llegar al lector con calidad han requerido una investigación profunda y mucho tiempo de trabajo.
Finalmente Antonio Franco ha hablado de soluciones a todos estos problemas, haciendo una crítica a la misma prensa escrita tradicional, por no haber reinvertido el beneficio de tiempos mejores en el mismo soporte. “Si se hubiera hecho eso, el precio actual de los diarios sería más barato y se podría llegar a más gente”, ha comentado.
Como conclusión, Antonio Franco señaló que los diarios tienen futuro, porque su factor de contrapeso es positivo para el sistema democrático. Televisión, radio e Internet, por otro lado, continuarán sirviendo para el impacto y la inmediatez.
