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Mulet recuerda que en 2000 la UJI ya advirtió del problema de nieblas que acarrearía el aeropuerto

Mulet recuerda que en 2000 la UJI ya advirtió del problema de nieblas que acarrearía el aeropuerto

    El senador de Compromís, Carles Mulet ha valorado hoy que el incidente producido por las nieblas en el aeropuerto de Castelló, que ha ocasionado el cierre del mismo y el traslado de los pasajeros para que embarcaran desde Manises, lamentablemente vuelve a dar la razón a las advertencias que ya se hicieron hace más de 15 años en las alegaciones al proyecto que alertaban de la ubicación arbitraria y pésima para la infraestructura.

    Según Mulet “nos movilizamos la comarca porqué conocíamos que la zona escogida era un punto de nieblas constantes y vientos nada óptimos, y el caso hecho fue nulo, y hoy se demuestra como teníamos razón, y mucho nos tememos que si el aeropuerto continua funcionando, con mínimos como ahora, será habitual demasiados días que no puedan despegar vuelos por rachas de vientos o por nieblas. Y el traslado a Valencia de los mismos se convertirá inevitablemente en un nuevo sobrecoste que nos gustaría saber quién lo va a asumir”.

    Mulet ha recordado como por el año 2000 los  profesores de la Jaume I J. Quereda, E. Montón y J. Barberá publicaron un estudio sobre  climatología y meteorología del área aeroportuaria de Castellón, en él, entre otros aspectos, apuntaban a que la pista de aterrizaje del futuro aeropuerto debería reorientarse entre  noroeste y el norte al sureste y el sur, es decir una franja oblicua con inclinación hacia la derecha, por el comportamiento de los vientos. No se hizo caso ya que esta reordenación comportaría un nuevo estudio de impacto ambiental.

    Otro de los puntos de este estudio, que sirvió de base para las alegaciones de las plataformas ciudadanas, era que la existencia de  las brumas y las nieblas propias de la zona, y se hablaba del  fenómeno de les  rosaes que se produce por el "enfriamiento de la capa inferior sin la mezcla turbulenta con las superiores, y que podrían  alcanzan una altura sobre el suelo de entre 20 y 25 metros.

    También en su día, voces como la del piloto catedrático de Física y ex presidente del aeroclub de Castellón, Juan García Moliner advertían de estas adversidades.

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