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Las universidades Jaume I de Castellón, de Girona y de Illes Balears trabajan en la creación de un robot autónomo para tareas de intervención submarinas

Las universidades Jaume I de Castellón, de Girona y de Illes Balears trabajan en la creación de un robot autónomo para tareas de intervención submarinas
    Que un robot teleoperado sea capaz de realizar tareas de intervención en el fondo marino es ya una realidad, pero que sea un robot autónomo quien realice este tipo de intervenciones es, actualmente, uno de los retos en los que trabaja la comunidad científica en el campo de la robótica submarina. La consecución de un proyecto de este tipo permitiría reducir los esfuerzos económicos y de recursos humanos inherentes a este tipo de intervenciones, ya que no serían necesarios los barcos de apoyo o los cables umbilicales, ni tampoco los pilotos de ROV’s encargados de teleoperar en condiciones que conllevan indudable fatiga, posibilitando además la realización de operaciones imposibles para los sistemas teleoperados i que requieren una conexión continua mediante cable umbilical a un barco de apoyo.

    En el proyecto nacional coordinado por el profesor Pedro Sanz, RAUVI: AUV Reconfigurable para intervención, participan tres universidades españolas: Jaume I de Castelló, Girona e Illes Balears, con alrededor de 40 investigadores implicados. Cada una de ellas tiene bajo su responsabilidad un subproyecto específico. La Universitat de Girona es la encargada de generar los sistemas de navegación y la mecatrónica del vehiculo submarino donde se ensamblará el robot manipulador que debe preparar la Universitat Jaume I y la Universitat de les Illes Balears es la responsable de asistir en la planificación y guiado de los movimientos necesarios para conseguir la navegación autónoma del robot, utilizando técnicas avanzadas de visión computacional.

    En particular, el grupo de ocho investigadores de la Universitat Jaume I, dirigidos por el profesor Sanz, trabaja en estos momentos en el subproyecto que tiene como objetivo a largo plazo diseñar una metodología capaz de abordar tareas de intervención submarina de forma autónoma mediante manipulación robótica, así como en la investigación y posterior desarrollo de las tecnologías necesarias para ello.

    Los investigadores de las universidades de Girona e Illes Balears poseen una gran experiencia en el ámbito de la robótica submarina, los primeros en el área de los sistemas autónomos y los segundos en técnicas de exploración y asistencia a la navegación mediante sensorización con visión. Por su parte, la Universitat Jaume I aportará la experiencia de dos décadas de investigación al máximo nivel en el área de la manipulación robótica, y aunque es su primera incursión en el escenario submarino, tiene ante sí la motivación añadida del reto que supone el desarrollo de un brazo manipulador capaz de intervenir con éxito en un medio tan hostil como el submarino.

    En este momento, los grupos de la universidades de Castellón y Girona trabajan en la parte más crítica, la construcción de la mecatrónica, tanto del vehículo como del brazo submarinos. Para llevar a cabo dicha tarea los investigadores están en contacto con empresas del sector para garantizar el éxito en el desarrollo de esta nueva mecatrónica, no disponible en el mercado actual. Primero deben realizar las especificaciones a bajo nivel de toda la mecatrónica para posteriormente diseñar e implementar un prototipo del brazo y del vehículo que finalmente serán ensamblados en el centro de investigación en Robótica Submarina de la Universitat de Girona a lo largo de 2010.

    Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los investigadores es la estanqueidad, ya que deben contar con materiales aptos para el entorno marino y también disponer la protección de aquellos otros que son necesarios en el proceso (electrónico o mecánico), pero que sus características les hacen incompatibles con el agua. En opinión del profesor Pedro Sanz, la investigación en este campo roza siempre la frontera del conocimiento ya que “si resolver cualquier cosa a nivel autónomo es complicado, hacerlo en un entorno lleno de incertidumbre, a veces incluso caótico, donde la profundidad conlleva ausencia de luz, problemas de presión o aparición de corrientes submarinas imprevistas, lo hace realmente complejo”.

    Aunque aún es pronto para confirmar el tipo de aplicaciones concretas que pueden resolverse a partir de este sistema de intervención autónoma, algunos escenarios potenciales de aplicación que podrían beneficiarse con la consecución de este proyecto serían determinadas tareas asociadas con biología marina, realizando prácticas rutinarias como la toma de muestras (p.e. roca, agua o arena); en salvamento, en tareas asistenciales a los equipos de buceo como la iluminación de una determinada zona o asistencia en el uso de algún tipo de herramienta, por citar unos pocos ejemplos.

    El proyecto está financiado con 530.000 euros por el Ministerio de Ciencia e Innovación español, dentro del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2008-2011.

     

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