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La CEC confía en las potencialidades de la provincia para que 2015

    La Confederación de Empresarios de Castellón ha hecho las siguientes declaraciones respecto a las expectativas para el próximo 2015:

    A la hora de hacer balance del año que acaba podemos decir que 2014 ha sido un año muy complejo, con aciertos y desaciertos, que ha marcado un punto de inflexión en la economía provincial por la inversión de las cifras del paro, aunque muy tímidamente, afirman desde la CEC.

    El desempleo, la falta de crédito y las excesivas rigideces para su consecución tanto para las empresas como para las familias, así como un mercado interno con escasa fortaleza son, a priori, los aspectos más infortunados de este año que acaba. En el lado positivo, hemos de valorar la pujanza de nuestro sector exterior y los avances experimentados en la contratación laboral que, desgraciadamente, se está produciendo a un ritmo más lento del deseado, gracias al tirón de ese balón de oxígeno que son los servicios y fundamentalmente el turismo.

    No debemos olvidarnos que la provincia de Castellón se ha enfrentado a la mayor crisis económica y financiera desde hace muchísimos años, y salir de esta situación no está resultando del todo fácil. Sin embargo y, a pesar que todos los indicadores aseguran que ya ha comenzado la recuperación, la realidad nos exige ser muy precavidos porque hasta que las familias no lo perciban con claridad en sus rentas y en el empleo no podremos decir que hemos superado la crisis.

    En las previsiones del 2015 tenemos que continuar siendo realistas, y pensar que todavía debemos hacer esfuerzos para consolidar el incipiente crecimiento económico. No podemos hablar de triunfalismos, por varias razones, aunque en su mayoría son de carácter político. El año que viene es un año electoral cuyos resultados condicionarán el diseño de la futura política económica que sin duda tendrá una influencia sobre los diversos operadores económicos y en los mercados. Por otra parte, habrá que estar pendiente de la evolución de las economías de algunos de nuestros principales socios comerciales en Europa.

    Es cierto, sin embargo, que existen razones para el optimismo, y la principal tarea es la de reestablecer la confianza de los ciudadanos castellonenses con su provincia, con sus potencialidades y en sus empresas; y centrar las políticas de nuestras administraciones en los principales desafíos a los que se enfrenta la economía y la sociedad castellonense.

    Como hemos venido defendiendo, entre los principales retos demandamos una ampliación de la reforma laboral para apuntalar la recuperación. Nunca antes habíamos creado empleo por encima del 1% del PIB. Eso quiere decir que la flexibilidad introducida por la reforma del mercado laboral ha servido. Ojalá este logro sea de tipo estructural, porque sólo de esta forma nuestras empresas serán más competitivas al poder reorganizarse y adaptar sus plantillas a las condiciones cambiantes de los mercados.

    En esa conjunción de factores que han de contribuir a la recuperación de la economía de Castellón existen, por otra parte, sectores muy potentes que necesitarán de mayores impulsos y que es necesario seguir apoyándolos. La realidad demuestra que las economías más sanas y más potentes son aquellas que ponen especial énfasis en su industria, un sector sometido cada vez más a la mayor competencia internacional. Para la CEC la industria cerámica continua siendo un elemento principal de nuestra recuperación y es ahí donde debemos poner toda nuestra atención y nuestro esfuerzo, pero sin olvidar que estamos en condiciones de poder diversificar nuestra industria en un sector de gran experiencia como es el agrícola, con los cítricos como protagonistas, y otros más incipientes pero que avanzan muy sólidamente como el vinícola, el aceite, los frutos secos o los relacionados con nuestra ganadería.

    La industria es el sector de mayor productividad y el que genera el empleo de mejor calidad, por su cualificación y estabilidad. Es, además, donde deben concentrarse los mayores esfuerzos inversores en innovación, desarrollo tecnológico y logístico para mejorar sus conexiones comerciales y conseguir que nuestros productos sean mejores y que sus resultados puedan repercutir en la calidad de vida y el bienestar de nuestra población.

    Es cierto, sin embargo, que en el ejercicio de esa actividad industrial existen elementos que distorsionan el proceso productivo, especialmente el energético y la financiación, y en los que los poderes públicos tienen el derecho y la obligación de actuar.

    La provincia de Castellón tiene empresas, aunque no tantas como sería deseable, con una buena proyección hacia el exterior y que pueden convertirse en motor de una nueva era en la industrialización de nuestro tejido empresarial.

    Otro factor potencial para reactivar la recuperación es el turismo -en toda su amplitud-, comenzando por el territorio, que junto a la capacidad creativa y emprendedora de nuestras gentes, es el principal activo económico, cultural y ambiental que tenemos los castellonenses. El aeropuerto, por fin, y la anunciada llegada del tren de Alta Velocidad a Castellón, harán previsiblemente que en el 2015 se impulse la actividad en todos los sectores productivos y en el turismo, en particular, que nos permitirán alcanzar mayores niveles de crecimiento económico y prosperidad. Pero debemos adoptar medidas para mejorar y diversificar nuestra oferta.

    Las buenas comunicaciones repercuten directa e indirectamente en la mayoría de los sectores económicos. Pero es un hecho constatado que transporte y turismo crean sinergias que favorecen que determinados destinos turísticos se desarrollen.

    Por último, desde la CEC creemos necesario hacer una valoración positiva de las últimas medidas adoptadas por la Comisión Europea, por cuanto en estos momentos nuestra economía provincial no puede ignorar ese espacio geográfico, político y de cooperación al que pertenecemos, y también por la actualidad e interés que suscitan las últimas medidas adoptadas por el máximo órgano ejecutivo de la Unión Europea que movilizará un total de 315 000 millones de euros para que Europa vuelva a crecer y más personas encuentren un empleo. Se trata del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE) o Plan Juncker, que representa un cambio de paradigma en el modo de utilizar los fondos públicos para hacer inversiones estratégicas en la economía real de Europa.

    El Fondo financiará proyectos estratégicos de infraestructuras en toda la UE como los de banda ancha, energía y transportes; de educación, investigación e innovación; de energías renovables y eficiencia energética. Una parte de la nueva financiación se dedicará a apoyar la inversión de las pymes (los programas COSME y Horizon 2020). Según las estimaciones de la Comisión Europea, el Plan de Inversiones tiene el potencial de añadir de 330 000 a 410 000 millones euros al PIB de la UE y crear entre 1 y 1,3 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos tres años.

    En definitiva, 2015 se presenta como un nuevo marco de actuación en el que las empresas castellonenses serán clave para consolidar el desarrollo económico y social de nuestra provincia. La provincia de Castellón será competitiva si sus empresas lo son y si son empresas que están en condiciones de competir con las empresas de otras regiones y países en situaciones razonables.

    Se trata de crear una estrategia que permita que estas potencialidades de nuestra provincia se desarrollen, en lugar de agotarse.

    Estas son en breves líneas las expectativas de los empresarios. Por eso desde la CEC hemos dado traslado a las diferentes administraciones y a la sociedad en general las condiciones que han de propiciarse para el correcto desarrollo y mantenimiento de nuestro tejido industrial.

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