Paz Olmos visita las obras de rehabilitación del Santuario de la Balma de Zorita
La inversión total ha sido de más de 3,5 millones de euros
La rehabilitación se ha centrado en las dependencias de la hospedería
En su visita, Paz Olmos ha estado acompañada por los senadores Alfonso Ferrada y Manuel Altava, el director de los servicios territoriales de la Dirección General de Patrimonio en Castellón: Francisco Medina, así como por los arquitectos que están llevando a cabo la intervención: Miguel del Rey y Carlos Campos. Por parte de la Consellería de Turismo asistirá el Jefe de Servicio de Turismo de Interior, Javier Herráiz.
La actuación, que está llegando ya a su fin y cuenta con un presupuesto que roza los 3.600.000 euros (3.589.987,25 euros), está consistiendo en la adecuación y puesta en valor del Santuario de la Balma, con el fin de mejorar la accesibilidad de los visitantes y la visitabilidad del monumento.
Para ello se está acondicionando y dotando de las instalaciones necesarias a la hospedería ya existente, para la acogida y estancia de los visitantes y peregrinos, tal y como es habitual en las ermitas y santuarios, que por su naturaleza devocional se encuentran en lugares aislados.
Una vez terminada la intervención arquitectónica, será la Consellería de Turismo la encargada de la gestión de este monumento.
El santuario, que cuenta con la declaración como Bien de Interés Cultural desde septiembre de 2007, está enclavado en la roca, en un abrigo natural, presentando una fachada con balcones, balaustres y muros de cañizo y cal. A ambos lados de la puerta de acceso, se encuentran las escaleras que conducen al piso superior, donde se estructuran diversas dependencias, destacando la llamada sala de las danzas, de mayores proporciones y con arcos de medio punto cegados.
Un largo tramo de escaleras ascendentes conduce a la gran casa hospedería, que hasta ahora contaba con un rústico comedor y algunas dependencias que sirven de transición a la cueva y que es la parte que ahora está siendo intervenida. La cueva, estrecha y alargada, con techumbre de roca y mirador a modo de pasillo, nos conduce hasta el templo bordeando el precipicio.
La ermita y su fachada, junto al campanario, fueron realizados en 1667. La portada, de trazas sencillas, aparece flanqueada por dos pilastras estriadas de origen dórico, entablamento clásico y frontón abierto en el centro. Sobre éste, una pequeña hornacina, rematada con frontón, alberga la moderna imagen de la Virgen del Perdón, que sustituye a la antigua desaparecida. La fachada en sillería se prolonga hacia lo alto formando el campanario de dos cuerpos que culmina con remates piramidales
