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Sergio García, segundo, sólo cede ante un inaccesible Rory McIlroy en el Open Championship

  • Gran actuación del golfista español, protagonista de una emocionante remontada

Rory McIlroy impuso la lógica y el acierto para ganar el Abierto Británico 2014, convertido desde su inicio en un caza y captura de todos contra uno, de un nutrido grupo de magníficos jugadores –entre los que ha brillado con luz propia Sergio García, segundo clasificado a 2 golpes– contra uno que ha estado tocado por la varita de los dioses, este joven norirlandés empeñado en formar parte de la historia del golf contemporáneo.

No en vano, Rory McIlroy ha reeditado no tan antiguas hazañas, esas que le catapultaron a la fama cuando se convirtió en el ganador más joven del US Open en 2011 con 8 golpes de margen, la misma diferencia conseguida un año más tarde al imponerse en el US PGA Championship y que, ahora, tras su triunfo en este Abierto Británico 2014, le permite sumar 3 Grandes en su corta pero fructífera carrera.

Adornado esta temporada con el triunfo en el BMW Championship, Rory McIlroy ha caminado a grandes zancadas en este Open Championship, echándose en brazos de la grandilocuencia, construyendo, a base de machacones aciertos, una diferencia insalvable para el resto ya desde la primera jornada.

Sesenta y seis golpes repetidos en la segunda vuelta forjaron ya en el ecuador de la batalla una ventaja en apariencia inalcanzable, ratificada por si fuera poco 18 hoyos más tarde con otros 4 bajo par en el marco de una actuación adornada con ribetes de enorme espectáculo, dos eagles en los hoyos 16 y 18 que alejaban por completo esas visibles dudas y miedos que, por momentos, genera el vértigo de alcanzar la gloria y que, a mitad de vuelta, eran visibles en el juego puntualmente acelerado de Rory McIlroy.

El Open Championship, en ese instante, se aferró a los números, 18 hoyos por delante, 6 golpes de ventaja sobre el estadounidense Rickie Fowler y 7 sobre Sergio García, un Sergio García sobresaliente que comprobaba sin embargo cómo sus brillantes propuestas parecían no hacer mella en el ánimo del norirlandés, indemne a todo tipo de ataques.

No en vano, la primera acción del español en esta última ronda en pos de la gloria acabó en birdie, ese primer hoyo donde había tropezado en las dos jornadas anteriores y que supuso el trampolín de una actuación serena y convincente.

Luego llegó otro birdie en el hoyo 3, y uno más en el 5, punto talismán para el castellonense, donde en las cuatro jornadas le arañó un golpe al recorrido de Royal Liverpool. La enorme diferencia con respecto a McIlroy se estrechaba, una dinámica incrementada en el hoyo 10, cuando Sergio García anotó un eagle en su tarjeta que provocó el rugido de los espectadores, ansiosos por asistir a un espectáculo inolvidable.

A falta de 5 hoyos, sólo dos golpes de desventaja entre ambos protagonistas producto de una remontada memorable, una carrera contra el tiempo, la distancia y el acierto, sí, el impenitente acierto de Rory McIlroy en este Open Championship 2014, que aprovechó el único error del día del español, un inoportuno bogey en el 15, para abrir una brecha ya definitivamente insalvable a pesar de que Sergio García, todo pundonor, se despidió de todos los aficionados con un maravilloso birdie que generó la merecida ovación de todos los presentes.

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