Pañella: "Las plantas de tratamiento de purines no funcionan, y el dinero que se invirtió se ha lanzado a la basura"

El diputado por Castelló de Compromís, Josep Maria Pañella, ha declarado que "el futuro de las plantas de tratamiento de los purines generados por las granjas de cerdos, unas instalaciones llevadas a cabo hace una década, es una incógnita a día de hoy". Pañella ha recordado que "se construyeron cinco plantas, situadas en los términos municipales de La Salzedella, Sant Mateu, Albocàsser, la Todolella y Vall d'Alba, con un coste aproximado de 18 millones de euros, que fueron financiadas por la Diputación , la Generalitat con los fondos europeos Feder y la iniciativa privada. Pero, de las cinco instalaciones construidas, tres no tienen actualmente ningún tipo de actividad, de modo que el balance del proyecto es de un completo fracaso, porque a estas alturas son los mismos ganaderos los que se encargan de gestionar los purines de sus explotaciones, que son utilizados como abono".

El diputado de Compromís ha explicado que "ante esta situación, le pedí explicaciones al Consell, entendiendo que éste tiene una clara responsabilidad sobre el tema, en tanto que fue el intermediario del destino de los fondos europeos para este fin. En concreto, le pregunté por qué no están en actividad la totalidad de las plantas, cuál es el futuro previsto para estas cinco instalaciones y si tiene previsto pedir algún tipo de responsabilidades por este despilfarro de recursos públicos".

"Pero, una vez más", ha declarado Pañella, "se sacuden las pulgas, pasándoselas a otra administración. Y es que la consellera de Infraestructuras me responde que "el Plan de Residuos Ganaderos es competencia de la Diputación de Castelló". Y añade que "según respuesta de la misma, las necesidades de los usuarios son atendidas cuando lo piden, sin perjuicio de las dificultades que se han encontrado en el desarrollo del servicio, y que han planteado la posibilidad de estudiar nuevas opciones para el tratamiento de los purines, mediante la utilización de tecnologías alternativas". Esto, en palabras comprensibles, significa que admiten el error, que no debían haber hecho las plantas en cuestión sino utilizar esas "tecnologías alternativas". La lástima es que ese "error" ha costado 18 millones, provenientes de unos fondos europeos que podrían haberse dedicado a usos más válidos. Pero, como siempre, nadie se ha equivocado, nadie dimite, nadie pide responsabilidades a los cargos políticos que decidieron alegremente impulsar unas instalaciones que no valían para el uso al que se destinaban. Y es que la Diputación de Castelló es ejemplar: ejemplar en plantas de purines que no sirven, aeropuertos que no funcionan... Puede que alguien le pregunte al entonces presidente de la Diputación, Carlos Fabra, o al entonces y ahora vicepresidente, Francisco Martínez, qué opinan de este tema".