Diez mujeres en Castellón viven con alto riesgo de ser víctimas de violencia machista
Así lo ha explicado la responsable de la Unidad de Violencia de Género de Castellón, Belén Soldevilla, quien ha precisado que de estas valoraciones quedan excluidas las mujeres que no han denunciado maltratos porque la Policía no tiene conocimiento de su situación.
Los agentes visitan periódicamente a las mujeres cuya situación se considera de alto riesgo, analizan los recorridos que hacen e incluso acuden al colegio de sus hijos para evitar que el agresor pueda localizarlas a través de ellos.
Además, un total de 270 mujeres de la provincia están conectadas con la Policía con un servicio de teleasistencia.
No obstante, Soldevilla considera que estas medidas paliativas sirven para mejorar la protección de las víctimas, pero apunta que "cuando un hombre quiere matar a una mujer, es muy, muy difícil evitarlo".
Por ello, asegura que es imprescindible impulsar planes de sensibilización que ayuden a erradicar los orígenes del problema: el machismo y la desigualdad social.
Entre estas medidas, cita la educación en la igualdad a los niños y niñas desde los primeros años de vida, el uso de un lenguaje no sexista, el reflejo del problema en los medios de comunicación y el impulso de proyectos que ayuden a que las mujeres abran los ojos a la realidad que padecen.
"Muchas mujeres, gracias a las campañas de sensibilización, consideran ahora como violencia actitudes que durante muchos años han admitido como normales dentro del matrimonio", explica para lamentar que "todavía hay muchas mujeres educadas hacia la complacencia, que asumen los malos tratos como un fracaso de ellas en la relación".
Según Soldevilla, el número de mujeres denunciantes se ha incrementado en un 4% en lo que va de año respecto a 2007, pero a su juicio este es un dato positivo, porque "el hecho de que haya más denuncias no significa que haya más violencia" sino que "existe una mayor concienciación".
Considera que todas las mujeres, por el mero hecho de serlo, corren el riesgo de sufrir violencia machista. Pese a ello, las que pertenecen a colectivos desfavorecidos -como las inmigrantes o las que tienen escasos recursos económicos- afrontan mayores dificultades para salir de esas situaciones y padecen agresiones más graves.
"Es mucho más fácil salir si la mujer tiene trabajo en igualdad de condiciones, si tiene capacidad y medios económicos y si ella y sus hijos no dependen de su pareja", explica la experta, quien incide en que las personas con redes sociales sólidas, que están rodeadas de familia y amigos, cuentan con más medios para enfrentarse y denunciar a sus parejas.
Por ello, y aunque admite que "se ha avanzado mucho" en los últimos años, especialmente desde la aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género, reclama más medios a todas las Administraciones para desarrollar líneas de actuación a largo plazo que ayuden a atajar este problema.
Hasta ahora, uno de los principales escollos al que se enfrentaban los profesionales en contacto con la violencia machista era la falta de coordinación, pero asegura que desde octubre de 2007 se está poniendo en marcha un sistema de seguimiento de víctimas y agresores al que tienen acceso alrededor de 22.000 personas.
Con este sistema, los Cuerpos de Seguridad del Estado, Instituciones Penitenciarias, el Ministerio de Justicia y las Unidades de Violencia comparten datos como la existencia o inexistencia de órdenes de protección y alejamiento, el domicilio de las mujeres o los posibles incrementos de riesgo por la excarcelación de maltratadores.
