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El Cor de la Generalitat ofrece sendos conciertos de música religiosa a capela en Segorbe y Sant Mateu

El Cor de la Generalitat ofrece sendos conciertos de música religiosa a capela en Segorbe y Sant Mateu
  • La formación que dirige Francesc Perales concluye así una gira por la Comunidad Valenciana

El Cor de la Generalitat (CGV) concluye su gira por la Comunitat Valenciana de música a capela con dos conciertos en la provincia de Castellón: uno el día 17 en la Catedral de Seborbe dentro del Festival de Música Religiosa y otro el día 18 en la Iglesia Arciprestal de Sant Mateu con motivo del VII Festival de Música de Cambra de esa localidad.

La primera parte del programa supone “un recorrido por la polifonía religiosa de diversos países, “que comienza en España y continúa en Italia y Alemania, y que cubre un arco que comprende desde el Renacimiento hasta el Romanticismo”, en palabras del director artístico del CGV, Francesc Perales.

El concierto se abre con un bloque de tres obras de la escuela polifónica española de Juan Blas de Castro (c. 1560-1631), Tomás Luis de Victoria (c.1548-1611) y José de Torres (1665-1738).

La primera, Angelus ad pastores, a tres voces, muestra la influencia que la música profana ejerció sobre la polifonía religiosa del Renacimiento español, que se traduce en la ligereza y el virtuosismo de la escritura vocal.

El motete O magnum mysterium fue escrito para la fiesta de la Circuncisión del Señor, mientras que el Versa est in luctum de la Misa de difuntos es, según los musicólogos, el mejor motete de Torres, a quien se puede considerar el último polifonista español que escribió al estilo de Victoria, a pesar de las nuevas tendencias de su época.

A continuación el Cor interpretará Sicut cervus desiderat del maestro de la Capilla Sixtina Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), “quizá el motete mejor escrito de toda la historia de la música: no solo refleja la estética de la época, de la escuela romana, sino que se trata de una pieza tan clara y luminosa que algunos especialistas afirman que se adelanta a su tiempo y que presagia la música impresionista”, explica Perales.

A esta pieza le sigue el Cantate Domino, de Claudio Monteverdi (1567-1643), perteneciente a la escuela veneciana, ciudad que por su ubicación fue permeable a la influencia instrumental de Oriente, y Sicut moses serpentem in deserto exaltavit, de Heinrich Shutz (1585-1672), alumno de Gabrielli que estudió en la misma escuela que el italiano y del que bebieron Telemann, Bach, Buxtehude y Mozart, y todos los músicos barrocos.

La primera parte del programa concluye con el coral-motete Kommt her zu mir, spricht Gottes sohn, de Heinrich von Herzogenberg (1843-1900), “un maestro que sentía una gran devoción por Bach y que representa el final de la tradición iniciada por Shutz”, según Perales.

Música del siglo XX
La segunda parte del concierto, toda ella dedicada al siglo XX, comienza con Dos cantigas del rey Alfonso X el Sabio, de Federico Mompou (1893-1987), continúa con los Cuatro motetes de Aaron Copland (1900-1990), vinculado a la escuela de París, A litany, de William Walton (1902-1983), obra de trasfondo religioso, y acaba con Verleih uns frieden gnädiglich y Aus tiefer not shrei ich zu dir, de Mendelssohn, “el redescubridor de Bach, cuando éste había se consideraba ‘antiguo’”.

 

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