Los tratamientos logran proteger el 99,5 de las palmeras públicas contra el picudo rojo

Desde que se detectó en el municipio la plaga de las palmeras comúnmente conocida como Picudo Rojo “Rhynchosporus ferrugineus”, hace más de dos años, los Servicios de Jardinería Municipales han mantenido una importante lucha para proteger las palmeras públicas. Se están desarrollando tratamientos periódicos fitosanitarios a todas las palmeras públicas tanto con productos químicos como utilizando otros insecticidas de tipo biológico. Los resultados han sido muy positivos, ya que apenas se han perdido una docena de las 2400 palmeras públicas repartidas por todo el municipio.

Desafortunadamente no ha ocurrido lo mismo en cuanto a las palmeras de titularidad privada. Se calcula que en estos dos últimos años se han perdido cerca de un millar de las 4.000 que se estima existen en propiedades privadas del término municipal. La conclusión es que si bien los tratamientos desarrollados han permitido proteger al 99,5% de las palmeras públicas, las que están en propiedad privada han desaparecido entre el 20 y 25%. Sólo los servicios municipales han procedido a la retirada y eliminación de 600 palmeras. El Ayuntamiento participa con la retirada de los restos afectados depositados previamente por los particulares en la vía pública del mismo modo que se actúa con la poda privada, atando en haces o cortando en porciones inferiores a 20 kilogramos de peso en el caso de troncos. Una vez retirado se transporta a una planta autorizada donde se destruye todo el material de acuerdo con las directrices que marca la Consellería. “El tratamiento es la única forma de minimizar la plaga, toda aquella palmera que no se trate es cuestión de tiempo que se vea afectada”, indican desde los servicios de jardinería municipales.

Este descenso de la población de palmeras se produce por no haber realizado los correspondientes tratamientos o no haberlo hecho de la forma adecuada. “Las causas pueden ser varias; falta de presupuesto de los titulares, ausencia de interés y compromiso para la protección de las palmeras, o simplemente desconocimiento de la grave situación”, indica el concejal de Infraestructuras, Lázaro Royo. “No obstante la lucha contra el Picudo no debe cesar ya que la amenaza es constante y se corre el riesgo de perder el patrimonio palmeral del municipio. Es obligación de todos, administraciones y propietarios la lucha por la protección de nuestras palmeras, ya que de no hacerlo se convierten en un foco de propagación”, advierte Royo. Para ello el Ayuntamiento de Paterna continúa con las campañas periódicas informativas y de asesoramiento.

Según la Orden de 22 de diciembre de 2009 de la Consellería de Agicultura, Pesca y Alimentación, por la que se establecen las medidas fitosanitarias obligatorias para el control y erradicación de la plaga, se establece la obligación de las personas físicas o jurídicas propietarias de las palmeras afectadas de velar por su buen estado y combatir la plaga. El Ayuntamiento de Paterna colabora con los titulares de las palmeras con el asesoramiento y prestación de información a través de los Técnicos del Servicio de Jardinería. Se informa de los productos, plazos y cantidades a utilizar. Se informa de las empresas autorizadas por Consellería para el tratamiento y conservación de las palmeras frente a la plaga.

El picudo Rojo es un Coleóptero (escarabajo) de gran tamaño cuyas larvas se alimentan de las palmeras con una voracidad sorprendente. Tiene predilección por la palmera canaria Phoenix canariensis aunque ataca a todo tipo de palmeras. La especie canaria es la que más daños está sufriendo. Su población se está viendo muy reducida debido a la mortalidad que ha causado esta plaga durante los últimos años. Cuando las palmeras han perecido por culpa de esta plaga, o no es posible su recuperación, se debe eliminar su material y destruir todos los restos con quema o triturado. Esto se debe hacer para acabar con toda presencia de la plaga que permanezca en los restos de la palmera y evitar que contagie a otros ejemplares. “La protección de las palmeras está en manos de todos, y el Ayuntamiento es el primero en combatirla, pero esta lucha requiere de la responsabilidad de todos”, añade Lázaro Royo.