El Parc natural de la Marjal de Pego-Oliva acoge un proyecto de radioseguimiento del carricerín real
Medio Ambiente colabora con la Universidad en el desarrollo de la iniciativa
La Marjal de Pego-Oliva es el lugar de la península con mayores poblaciones de esta ave “En Peligro”
De las mil parejas existentes en España, cerca del 30% están en Pego-Oliva
El proyecto ha consistido en marcar 11 individuos de caricerrín real con emisores de radio-seguimiento dentro de la Zona de Especial Protección del parque natural, con el fin de obtener datos para el estudio de esta especie durante aproximadamente un mes.
La iniciativa, en la que ha colaborado la Conselleria de Medio Ambiente, se incluye en el proyecto de Seguimiento de Paseifomes Palustres en el Parc Natural de la Marjal de Pego-Oliva, dirigido por Juan Monrós, de la Universitat de Valencia, y Eduardo Belda, de la Universidad Politécnica de Valencia.
El Equipo Técnico del Parque Natural ha trabajado con el equipo de investigadores desde el comienzo de este proyecto, en la colocación de las redes y su desmontaje, el acompañamiento a los investigadores y la radiolocalización de los ejemplares marcados.
La mayor población de la península
El carricerín real se encuentra como ave reproductora en muy pocos humedales y en cifras muy bajas, además de tratarse de una especie de poblaciones muy escasas. La Marjal de Pego-Oliva es de importancia capital para su conservación, ya que, de las cerca de 1.000 parejas existentes en España, casi el 30% se hallan en este parque natural.
De hecho, la población de carricerín real del marjal es la mayor de la Península Ibérica, sólo superada fuera de este ámbito por la del Parque Natural de S’Albufera de Mallorca, la mayor de España. Esta circunstancia se debe a la excepcional calidad del agua de la marjal de Pego-Oliva y a la presencia de carrizales y juncales muy bien conservados que constituyen un hábitat idóneo para este ave.
Radioseguimiento
Para el radioseguimiento de las aves se capturan primero éstas mediante redes japonesas, se toman los datos biométricos de los ejemplares seleccionados y los emisores se colocan en la zona dorsal de las aves, con lo que quean sujetos mediante un arnés sin iinterferir en la vida ni el comportamiento de los animales.
Estos pequeños radioemisores tienen una vida limitada por la duración de la pila, y un alcance aproximado en zonas llanas y abiertas, como es el caso del Parque Natural del Marjal de Pego-Oliva, de unos 2 kilómetros.
El radioseguimiento se realiza captando mediante dispositivos receptores móviles las diferentes señales que emiten los distintos emisores utilizados y calculando su posición mediante triangulación. Al acabar el periodo de duración del estudi,o se realiza un trampeo intensivo para capturar a los animales marcados y retirarles los emisores.
