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CulturArts IVC+R restaura dos lienzos de la iglesia parroquial de Banyeres de Mariola

  • Los lienzos volverán al retablo mayor tras la restauración

La subdirectora del IVC+R de CulturArts, Carmen Pérez, ha presentado esta tarde la restauración de dos lienzos adheridos a tabla del siglo XVIII, que forman parte del retablo del altar mayor de la iglesia parroquial de Banyeres de Mariola.

En la presentación ha estado acompañada por el párroco de la localidad, Ricardo Díaz, quien ha destacado la labor que realiza la Subdirección de Conservación, Restauración e Investigación IVC+R de CulturArts Generalitat en favor de la recuperación del patrimonio artístico religiosos de la Comunidad Valenciana.

También han asistido al acto el alcalde de Banyeres, Antonio Valero, que ha subrayado la importancia que tiene esta restauración para la localidad, y el escultor Vicente Ferrero, que ha explicado como su padre, Octavio Ferrero Mora, pudo salvar estas dos interesantes pinturas de su destrucción durante la guerra civil.

Se trata de dos pinturas de autor desconocido, pero pertenecientes a la escuela valenciana del siglo XVIII, que representan a los Santos Juanes, una devoción muy extendida a lo largo de toda la Comunidad, como así lo demuestran las parroquias a ellos dedicadas en Valencia, Cullera o Puçol.

Ambos lienzos muestran a los santos en una actitud sedente y envueltos en un fondo de paisaje. San Juan Bautista está representado como un joven imberbe de cabellos rizados, únicamente vestido por un manto rojo, símbolo de su martirio, y a sus pies el Agnus Dei que señala con su mano derecha. San Juan Evangelista se halla en la isla de Patmos escribiendo su Evangelio, mientras recibe la iluminación divina desde lo alto, hacia donde dirige su mirada, junto a él un águila le acerca el tintero con su pico.

Los lienzos de formato alargado y perfil mixtilíneo se encuentran ubicados, al igual que en origen, en el primer cuerpo de las calles laterales del nuevo retablo, realizado en 1946 y dorado un año después por Ramón Porta, si bien en la actualidad y para adaptarlos a las nuevas dimensiones del retablo se habían recrecido considerablemente.

Ahora, con la restauración, pueden verse las dimensiones originales de los lienzos, diferenciándose de los añadidos históricos mediante una reintegración cromática discernible siguiendo las mismas tonalidades que la pintura original, pero que al mismo tiempo formen una unidad estética. Además de estos trabajos, se ha saneado el soporte leñoso muy afectado por un ataque activo de insectos xilófagos, eliminado los repintes que prácticamente cubrían la pintura original en gran medida, la cual se encontraba en buen estado debajo de esta intervención.

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