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LA UNIÓ de Llauradors señala que la campaña citrícola viene atrasada debido a la falta de lluvia y las altas temperaturas de estos meses

  • Confía en que el desarrollo de la campaña vaya ofreciendo un producto de calidad y con un calibre mayor al de la fruta temprana

La UNIÓ de Llauradors señala que la atípica climatología de estos meses de otoño, (altas temperaturas y falta de lluvia) ha provocado un retraso en la maduración de los cítricos en las zonas productoras de Alicante, tanto en la naranja como en la mandarina. Por este motivo, se observa “que en la actual campaña no hay apenas tratos comerciales de la fruta temprana tal y como sería deseable”, asegura José Manuel Pamies, responsable de cítricos de LA UNIÓ en Alicante.

La ausencia de lluvias y las altas temperaturas de los últimos meses, “tanto en las naranjas como las mandarinas tempranas ha provocado que tengan un calibre menor al esperado, aunque existe mayor producción en los árboles respecto a la pasada campaña”, explica Pamies. Las condiciones meteorológicas inesperadas a estas alturas del año han condicionado la maduración del producto y todo ello repercute en un aumento de las inversiones en los costes de producción que tiene que hacer el agricultor en agua de riego y en la lucha contra las plagas, sobre todo contra la ceratitis o mosca de la fruta, que con las altas temperaturas sobrevive fácilmente.

Por otro lado “la actual campaña del limón está marcada por una calidad óptima y una fuerte producción, con un tamaño y calibre espectacular, aunque el precio ha variado desde el inicio de la campaña de recogida que empezó en octubre con el limón más temprano”, apunta Pamies.

LA UNIÓ espera que las variedades de naranjas y mandarinas más tardías, que se esperan para enero, febrero o marzo, cambien la tendencia y se vendan con una mayor facilidad, “puesto que su calidad y calibre son excepcionales”, asegura José Manuel Pamies. En cuanto al limón, “se teme que para enero haya mucha oferta y los preciós caigan en picado según las perspectivas, que desafortunadamente marcan una tendencia a la baja”.

A todo ello hay que añadir una circunstancia que LA UNIÓ ha observado últimamente y es que el comportamiento de los consumidores ha variado y no compran cítricos como en anteriores campañas. Las compras se han ralentizado al no hacer frío y, por ello, “el comerciante no invierte en naranjas, mandarinas o limones hasta que no acaban con la remesa anterior que en muchos casos procede de la importación pues los supermercados aún tienen producción de Sudáfrica o Sudámerica. Es cierto que hay algunos comportamientos fraudulentos por parte de los comerciantes que compran muchas cantidades de producto, pero luego no las pagan y desaparecen”. Ante esta situación, LA UNIÓ “aconseja a los productores que utilicen siempre el contrato de compra-venta homologado creado específicamente tanto para mandarina y naranja como para el limón, que son distintos. Esto contratos supondrían una herramienta importante para tener más garantías de cobrar la cosecha vendida”.

Desde LA UNIÓ se anima a los consumidores “a que apuesten por el producto local. Es fundamental consumir productos autóctonos y próximos a nuestro entorno para mantener viva la actividad agraria”. Además, “la calidad de nuestros cítricos es superior a la de productos de otras procedencias, sin tanto control o vigilancia como se nos exige a nosotros. No es lo mismo una fruta recolectada con kilometro cero como la nuestra que otra procedente a más de 3.000 kilómetros de distancia, recolectada hace varios meses y puesta a la venta tras permanecer conservada en cámara”.

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