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60 cuidadores asisten a un taller organizado en Torremanzanas para aprender a cuidarse

60 cuidadores asisten a un taller organizado en Torremanzanas para aprender a cuidarse
  • El consultorio auxiliar, en colaboración con el consistorio, ofrece consejos y pautas a los cuidadores principales de personas dependientes

  • Los cambios de humor o el aislamiento social son algunos de los síntomas que hacen sospechar la existencia de un caso de síndrome del cuidador

La localidad alicantina de Torremanzanas ha acogido un taller sanitario sobre cómo cuidar al cuidador, organizado por el consultorio auxiliar de Torremanzanas, perteneciente a la zona básica de salud de Xixona del Departamento de Salud Alicante - Sant Joan d'Alacant. La sesión ha sido impartida por la residente Beatriz Soria Navalón, quien ha estado durante un mes realizando una rotación por este centro rural.

La médico y la enfermera de este consultorio auxiliar, Rosario Oliver Ros y Eva San Nicolás Mañogil, respectivamente, han colaborado asimismo en la realización de esta charla, a la que han acudido cerca de 60 cuidadores (el 90% de ellos mujeres) y que ha tenido lugar en el Centro de Convivencia de la Tercera Edad, situado en el edificio consitorial.

El taller ha venido a satisfacer las necesidades de gran parte de la población de Torremanzanas, en su mayoría de edad avanzada con otras personas dependientes a su cargo. "Aquí nos encontramos con matrimonios que viven esa realidad, en la que uno de los cónyuges es dependiente o está encamado, ocasionando que su marido o mujer se vaya "abandonando", por lo que es importante transmitirles que el cuidador se tiene que cuidar", subraya la Dra. Soria.

El objetivo de la charla ha sido hablar con ellos sobre el rol del cuidador, además de explicarles qué consecuencias puede tener también para su salud y cómo pueden disminuir la sobrecarga emocional. Se ha abordado el caso de algunos asistentes al taller, el de quienes se convierten en cuidadores de un día para otro, "algo que supone un cambio radical en sus vidas, que de repente se llenan de actividades, que tienen que ver con movilizar al paciente, asearlo, supervisar su medicación, etc. La falta de tiempo, unida a la dura experiencia de ver cómo va perdiendo facultades su familiar, puede devenir en una sobrecarga física y psicológica, que se conoce como síndrome del cuidador", explica la residente.

La toma de conciencia de la propia vida
Este trastorno, que se caracteriza por el agotamiento físico y psíquico, puede prevenirse comenzando por una reflexión individual, como explican los expertos, que pasa por la toma de conciencia. "El cuidador también tiene su propia vida y ésta no se puede dejar a un lado por completo, como ocurre en algunos casos. Les aconsejamos a no aislarse, a desahogarse y comunicar sus vivencias con otras personas que se encuentran en la misma situación, como hemos hecho hoy en este taller de grupo, que les ha ayudado a sentirse identificados", señala la Dra. Soria.

Otra de las pautas que les han indicado durante este encuentro es que hagan partícipe a su entorno familiar y cuenten con el apoyo de sus familiares en el cuidado de la persona dependiente, en el caso de que no puedan contratar a alguien para que lo lleve a cabo durante unas horas. En este sentido, también les han transmitido la necesidad de tomar distancia física al menos durante dos horas, en las que pueden salir a andar o practicar algún ejercicio físico, en la medida de sus posibilidades. El descanso es asimismo fundamental para los cuidadores. "Cuando el paciente fallece, muchos cuidadores se sienten culpables y también les ayudamos a desterrar esta idea y a sustituirla por la satisfacción de haber ayudado a sus familiares hasta el último momento", explica.

Síntomas de alerta
Los cuidadores deben estar atentos a los síntomas de alarma que deben hacer sospechar la existencia de un caso de síndrome del cuidador. Algunos son de índole psicológica, en forma de cambios de humor, irritabilidad, depresión y ansiedad o dificultades cognitivas (pérdida de memoria y concentración). Otros son de carácter físico, como dolor de espalda, insomnio, cansancio, alteraciones de peso... "Los problemas laborales o el aislamiento social también deben ponernos sobre la pista de este problema", prosigue la ponente. "En definitiva, durante toda la charla les hemos trasladado que prestarse atención a uno mismo es el primer paso para poder ayudar a los demás".

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