El Sistema Provincial de Telemedida de recursos hídricos ha permitido un ahorro de cinco hm3 en pequeños municipios
La Diputación presta actualmente este servicio a 85 ayuntamientos
El Sistema Provincial de Telemedida de recursos hídricos y de infraestructuras hidráulicas municipales (SIPTE) de la Diputación de Alicante ha permitido a los ayuntamientos en los últimos diez años un ahorro de más de 5 hm3 de agua, lo que representa casi un 5% del agua subterránea utilizada anualmente para uso urbano en la provincia.
La presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, acompañada por la diputada de Ciclo Hídrico, Mónica Lorente, ha visitado la sala de telecontrol del sistema, ubicada en la Oficina Técnica de la institución provincial, para conocer de primera mano su funcionamiento.
Este servicio se presta en la actualidad a 85 ayuntamientos de la provincia y posibilita, a través de la obtención de datos hidrológicos de forma remota, detectar posibles fugas o consumos no controlados en los sistemas de abastecimiento de los municipios o diagnosticar el rendimiento de las instalaciones de bombeo y su adecuación a la tarifación eléctrica idónea.
SIPTE se puso en marcha en el año 1994 y, según ha explicado Luisa Pastor persigue “el aprovechamiento total de los recursos hídricos propios y la óptima gestión de los mismos en el ámbito municipal y provincial”.
Por su parte, la diputada ha señalado que se trata de una fuente de información rápida y segura que permite “asesorar a los distintos ayuntamientos sobre el funcionamiento de su sistema de abastecimiento y saneamiento para adoptar las medidas correctoras que se precisen y elaborar planes de mejora y desarrollo infraestructural”.
En este sentido, el control permite tanto diagnosticar problemas sobre los que hay que actuar, como evaluar la repercusión de las inversiones realizadas. Así, durante los últimos cinco años, la mejora de las redes en 28 pequeños municipios supone un ahorro anual de 500.000 euros para las arcas municipales, mientras que la optimización del diseño de las instalaciones de elevación de agua supone ahorros energéticos en torno al 20%.
El sistema ofrece puntual y detallada información sobre caudales bombeados, lo que representa el 52% del agua suministrada en la provincia para uso urbano, nivel en los depósitos, consumos eléctricos, evolución del nivel de agua en los acuíferos o los caudales de manantiales y cauces lo que permite asesorar gratuitamente a los municipios para adoptar soluciones a los problemas habituales que se plantean en la gestión municipal del ciclo hídrico como son los altos costes energéticos de las captaciones, las fugas de agua o los consumos no controlados.
Benimeli es, por ejemplo, uno de los municipios donde, gracias a este sistema y a las obras de mejora acometidas en la red, se ha conseguido reducir la cantidad de agua bombeada, con los consiguientes ahorros, pasando de 96.290 m3 en 2008 a los 61.717 m3 en 2011. Cañada es otro claro ejemplo de la utilidad de este sistema ya que debido a las inversiones en mejoras de la red de distribución para evitar pérdidas se ha pasado de 248.941 m3 en 2005 a 209.114 m3 en 2011.
Las informaciones del SIPTE han permitido, asimismo, acreditar las alegaciones presentadas a los borradores de los planes hidrológicos de la cuenca del Júcar y del Segura, tramitar una decena de proyectos de concesión para municipios de la provincia y plantear varios planes para el incremento de los recursos hídricos provinciales.
El sistema captura los datos de forma continua por los 2.500 sensores remotos situados en las infraestructuras hidráulicas y recursos hídricos, como sondas de nivel o caudalímetros, y los remite al centro de control, ubicado en las oficinas técnicas de la Diputación. La gestión de los datos se realiza con SISCON, un software desarrollado por el departamento de Ciclo Hídrico específicamente para la gestión del abastecimiento de agua, por lo que no está sujeto a licencias, siendo gratuito para los ayuntamientos.
“De esta forma es posible realizar un seguimiento de su funcionamiento y evolución, detectando, por una parte, las posibles disfunciones o averías, con lo que los tiempos de respuesta en las tareas de reparación y mantenimiento disminuyen y, por otra, permitiendo el análisis de los datos, lo que posibilita el control detallado de los acuíferos e infraestructuras y facilita la planificación y toma de decisiones en orden a optimizar su gestión”, ha señalado Lorente.
