El MUBAG acoge una exposición que recupera la Poética de Vallecas a través de la obra de artistas y poetas de los años 30

El Museo Bellas Artes Gravina acoge una exposición que recupera la Poética de Vallecas a través de la obra de artistas y poetas de la España de los años 30.
El presidente de la Diputación de Alicante, Joaquín Ripoll, acompañado por el comisario de la muestra, Jaime Brihuega, y por el coordinador de la programación expositiva del MUBAG, Juan Manuel Bonet, ha presentado esta mañana ‘Forma, palabra y materia en la Poética de Vallecas’, que permanecerá en el museo hasta el próximo 3 de julio del presente año.

La exposición pretende mostrar la intensa relación que se produjo entre las formas de los artistas, las palabras de los poetas y la materia del paisaje donde fueron concebidas las obras. Para ello, se han reunido 19 obras sobre papel, 12 óleos, 29 fotografías, 13 esculturas y 19 libros, producidos por diferentes artistas y escritores de la época.

El discurso expositivo de la muestra comienza con la proyección del cortometraje ‘Cerro Testigo’, de Joan Dolç, en el que se explica el significado fundamental de la Poética de Vallecas, dónde nació y cómo se desarrolló.

Posteriormente, se exhiben 20 fotografías de Emilio Sánchez en las que se muestran los paisajes vallecanos desde el presente y en la gran sala frontal del MUBAG se exponen obras de artistas como Alberto Sánchez, Pancho Lasso o Maruja Mallo, entre otros.

Por otra parte, separando los espacios dedicados a cada artista, se encuentran unos murales que recogen fragmentos de poemas de Neruda, Lorca, Alberti, Caneja, González Tuñón, Herrera Petere y Vivanco, en los que se percibe una sensibilidad análoga a la que se refleja en las obras de arte.

Nos encontramos toda una generación de poetas que siguen los mismos senderos vallecanos. Vallecas como emblema de esa marcha hacia el paisaje y de una vanguardia que venía del cubismo, del barradismo y del surrealismo, transformándolo en unos determinados colores. Por eso, esta exposición tiene toda ella un color pajizo, ocre, gris que podemos definir como lo colores vallecanos”, ha destacado Bonet.

La exposición se completa con vitrinas que acogen textos programáticos vallecanos escritos por Alberto Sánchez, Benjamín Palencia y Maruja Mallo, así como ediciones de los poetas presentes en la muestra contemporáneas a la Escuela de Vallecas.

Escuela de Vallecas

A partir de 1930, el escultor Alberto Sánchez y el pintor Benjamín Palencia comenzaron una serie de paseos por los alrededores de Madrid en los que experimentaron una serie de emociones que luego trasladarían a sus pinturas y esculturas.

Con ello, pretendían establecer una mezcla entre los lenguajes artísticos propios de la vanguardia internacional y la enunciación de unos rasgos antropológicos ancestrales, articulados a través de la interpretación poética del paisaje.

Llamaron a esta experiencia la Escuela de Vallecas y su repercusión poética acabó involucrando a figuras clave de la cultura literaria y artística de nuestra Edad de Plata como Federico García Lorca, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Pancho Lasso, Maruja Mallo o Antonio Rodríguez Luna, entre otros.

Por su parte, el comisario de la muestra ha puntualizado que “Vallecas fue una experiencia revolucionaria, no sólo por las formas que acuño y porque puso a España en sintonía con lo que se estaba haciendo a nivel internacional, sino porque ofreció la posibilidad de que cualquier ser humano, abriendo su sensibilidad y contemplando paisajes miserables como los de Vallecas, encontrara la magia de un sonido, de un movimiento o de un despertar”.

Finalmente, Ripoll ha señalado que “en esta exposición se mezclan la poesía y la pintura. Hay que destacar también como la figura de Miguel Hernández representa la provincia y el esfuerzo que hemos realizado durante este Año Hernandiano. Debemos prolongar la figura del poeta sin necesidad de centrarnos en una fecha concreta”.

Talleres escolares

El MUBAG ha organizado, en torno a esta exposición, talleres didácticos para que los escolares que visiten la muestra puedan interpretar las obras, modelando figuras con barro, tierra o canto rodado. Para ello, el museo ha habilitado la sala Emilio Varela como espacio didáctico.