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El IVC+R restaura una cruz procesional de Tibi y una urna de santo Tomás de Villanueva de Ibi

  • Se trata de la Cruz procesional de la Parroquia de santa María Magdalena de Tibi y la urna de santo Tomás de Villanueva de la Parroquia de la Transfiguración del Señor de Ibi

  • Ambas piezas formarán parte de la muestra de la Luz de las Imágenes en Alcoy ‘Camins d’Art’

El Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (IVC+R) ha restaurado la Cruz procesional de la Parroquia de santa María Magdalena de Tibi y la urna de santo Tomás de Villanueva de la Parroquia de la Transfiguración del Señor de Ibi.

La Directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Carmen Pérez, ha presentado esta mañana las restauraciones.

La iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Tibi posee una cruz procesional de plata datada en 1585, que debió ser un encargo de la Cofradía de la Virgen del Rosario y Santo Domingo a juzgar por la iconografía que presenta. Su excelente manufactura de taller valenciano y su deficiente estado de conservación la hacían merecedora de una restauración, que ha corrido a cargo de la Generalitat Valenciana, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals.

La riqueza ornamental de la obra indica la importancia de la parroquia y la cofradía que la encargó. Se trata de una cruz latina, que lleva en el crucero el monograma del nombre de Jesucristo (IHS, Jesus Hominum Salvator) inscrito en un cuadrángulo rematado en las esquinas con cabezas de querubines.

Las cruces procesionales forman parte de la liturgia católica desde el siglo IV, y se llevaban en la mano o elevadas sobre una pértiga. Este tipo de cruces también se exhibían junto al altar mayor.

Urna de santo Tomás de Villanueva

La Urna de santo Tomás de Villanueva de la parroquia de la Transfiguración del Señor de Ibi es un buen ejemplo de los muebles litúrgicos elaborados a mediados del siglo XVIII para albergar la imagen de un santo, en este caso la de santo Tomás de Villanueva.

Una costumbre, actualmente perdida, pero que solía realizarse para conservar la imagen venerada durante su estancia en casa del clavario o en los momentos en que la imagen escultórica no recibía culto.

La singularidad de este mueble y su deficiente estado de conservación han sido los motivos que han llevado a que la Generalitat Valenciana, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals, llevase a cabo su restauración.

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