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Por Santiago Ríos
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La Congregación Mariana

    Burriana, tradicionalmente, ha sido un constante hervidero de manifestaciones religiosas, a través de su historia. Y no es que me quiera referir a los hechos acaecidos últimamente, con motivo del nombramiento de la Iglesia de El Salvador (antes de Santa María) como Basílica menor, si no, en esta ocasión, quiero reproducirles la noticia que apareció en el Diario de Castellón, de fecha 4 de abril de 1929 y luego la comentamos.

    En su página 4, en la sección “Informaciones de la provincia, Servicio especial de nuestros corresponsales”, aparece esta interesante crónica, fiel reflejo de la época: Burriana. Bendición de la bandera de la Congregación Mariana.

    Un acto verdaderamente extraordinario resultó el del pasado domingo, con motivo de la bendición de la bandera de la Congregación de María Inmaculada y San Luis Gonzaga.

    La bandera de riquísima seda y maravillosamente confeccionada por la casa Burillo de Valencia, ha sido regalada a la referida Congregación, por su digno y celoso presidente, el culto joven don Bautista Soler Martínez.

    Actuaron de padrinos de la nueva enseña, la gentil y bellísima señorita Finita Boix, que lucía precioso traje de seda azul celeste, tocada con la clásica mantilla española, y el presidente de la Congregación don Bautista Soler Martínez.

    A las diez y media de la mañana y a los acordes de un bonito pasodoble, ejecutado por la laureada banda Filarmónica Burrianense, salió la comitiva de casa de la madrina, en donde se reunieron, por el orden siguiente: Invitados, la bandera que era llevada por Vicente García, padrinos, señoritas de la Junta de la Congregación, Consuelo Granell, Asunción Ros, María Teresa Donoso, Guillermina Font, Enriqueta Sánchez y Vicentita Rius, que lucían todas mantilla española, invitados, banda de música y numerosísimo gentío; dirigiéndose por la Plaza de don Jaime Chicharro y Ramón y Cajal a la iglesia de la Merced, en donde al llegar disparóse una larga traca.

    El templo ofrecía hermoso aspecto, el altar mayor en donde se celebraron las ceremonias, estaba primorosamente adornado con flores naturales y profusamente iluminado.

    Fue bendecida la bandera por el director de la Congregación reverendo don Juan Bautista Figuerola, quien después hizo una brillantísima y elocuente plática.

    Seguidamente se dijo una misa rezada, oficiando el licenciado reverendo Francisco Figuerola, siendo ayudado por los congregantes don Bautista García y don Bautista Ríos.

    Durante la misa, la banda de música que estaba en el coro, ejecutó magistralmente “Ángelus”, del maestro Escobés y “Hojas de álbum” de Wagner.

    Terminada la misa, disparóse una larguísima traca.

    Al salir la comitiva, nuestro compañero el fotógrafo don Manuel Navarro Ildefonso, impresionó la fotografía que ilustra esta información.

    Por el mismo orden que fueron a la iglesia, se dirigió la comitiva a casa del presidente de la Congregación, en donde se sirvió un suculento banquete durante el cual la banda Filarmónica ejecutó selectas composiciones de su repertorio.

    Se dirigieron los siguientes telegramas.

    OBISPO TORTOSA: “Congregación Mariana jóvenes Burriana reunidos bendición bandera saludan amantísimo Prelado reiterando sentimientos filial adhesión.- Presidente, Bautista Soler”

    CARDENAL GASPARINI – VATICANO: “Jóvenes Luises Burriana reunidos bendición bandera felicitan Santísimo Padre triunfo libertad Iglesia clamando fervor cristiano Viva Papa Rey.- Presidente Bautista Soler”

    Lo antes reseñado fue la fiesta que hicieron los jóvenes de la Congregación Mariana que fue en extremo simpática y que demuestra que la juventud burrianense no se aparta de la Iglesia, ni sigue derroteros de corrupción.

    Bien, jóvenes Luises; seguid por ese camino y que sean pronto un hecho esos bellos proyectos que tenéis y que al realizarse tanto os enaltecerán.

    Merece felicitación aparte el presidente don Bautista Soler, por su noble rasgo, así como el director reverendo don Juan Bautista Figuerola que tanto entusiasmo despliega por el engrandecimiento de la Congregación Mariana.

    Leer un documento que tiene 84 años cumplidos, es algo que nos reordena nuestro álbum de recuerdos. Por supuesto que su lectura nunca puede ser igual, en razón a la edad física del curioso lector. Lamento no poder reproducir la fotografía de Manolo Navarro que ilustra el diario, pues el estado del papel no me permite un mínimo de calidad para ello.

    Durante estos años, la vida, la sociedad, las costumbres, las gentes, la liturgia y las escalas de valor, han sufrido una profunda transformación que visto todo ello con el paso del tiempo, nos da una perspectiva amplia y sosegada de lo que fue nuestro pasado, como trascurre el presente y donde nos llevará el futuro.

    Pero siempre es bello recordar a esas gentes que conocimos en nuestra infancia y adolescencia. Su bondad cristiana e interés por mantener las tradiciones, dentro de una disciplina religiosa y en ocasiones laica, de servicio a una comunidad que vivía más en la calle que de puertas adentro. Cabe destacar la importancia y cuidado que se daba a los actos públicos, con masiva asistencia de los ciudadanos, con el expreso deseo de agradar a la comunidad.

    Estuve en la última procesión del Corpus y pude contemplar el desarraigo popular de las gentes de nuestra ciudad, en las manifestaciones de tipo religioso. La mayor parte del recorrido estaba completamente vacío.

    Seguramente ese “suculento banquete” del que habla el cronista, se trataría de un reconstituyente tazón de chocolate caliente, hecho en un perol de barro, con una cuchara de madera y acompañado por un trozo de “coca de la reina” o de “carbonato” que reunió alrededor de la mesa, a un colectivo de devotos amigos y amigas de la ciudad.

    Hay que recordar que en abril de 1929 no existían los pub’s y aún faltaban 28 años para que en Burriana se comercializaran los primeros aparatos de televisión, Radiodina, Philips y Telefunken que fueron los causantes de la reacción contraria e irreversible, de lo que se consideraba parte de la familia, “el veïnat” i que ahora por desgracia se encuentra en peligro inminente de extinción.

    Esa forma tan “lejana” de convivencia que aún contemplo en los grupos de emigrantes que viven entre nosotros y que han sabido conservar y mantener mejor.

    Quizá tenga razón el visionario Aldous Huxley que en su novela de ciencia-ficción, escrita en 1932,  “Un mundo feliz”, nos auguraba una sociedad de individuos condicionados y controlados, sin capacidad propia para vivir.

    Os invito a reflexionar del pasado, para vivir plenamente el presente.

     

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    comentario 1 comentario
    miguel bataller
    miguel bataller
    18/06/2013 11:06
    Buena crónica de sociedad....

    ......que aunque se vuelva a reproducir ahora, se hizo hace 84 años. Algunos nombres de los que mencionas me resultan conocidos, y seguramente algunos nietos o biznietos de ellos son ahora amigos o conocidos nuestros. ¿Consideras que al llegar al año 2100 se escribirá alguna Crónica Retroactiva sobre el nombramiento de Basílica Menor a lo que era Parroquia del Salvador.....y antes de Santa María?. !Ojala!, porque eso vendría a significar que el respeto por la religión católica y por la cultura occidental habría pervivido un siglo más, y al menos alguno de los hombres de ese presunto porvenir, tenía presente esa parte de la Historia de Burriana. Seguramente aún no ha nacido quien lo tenga que escribir, pero yo me alegraría de que fuera alguno de nuestros descendientes.

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