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Por María José Navarro
Picos Pardos - RSS

¡¡Guerra al aceite de palma!!

    Si de algo estoy orgullosa, es de tener un par de hijas comprometidas con el mundo en el que viven, e ir creciendo y aprendiendo con/de ellas, aunque eso nos lleve a todas un poco de cabeza, incluso a la hora de sentarnos a la mesa, ya que una cuestión importante que nos planteamos cada día, es la calidad de los alimentos que nos llevamos a la boca, pero también su sostenibilidad y los beneficios o perjuicios que su ingesta tiene en nuestro organismo y en el medio ambiente.

    Hace no muchas semanas, con aquello de las granjas de cerdos, me convertí al vegetarianismo, consecuente con la idea de que tenemos la obligación de rebajar el impacto medioambiental que generamos a nuestro paso. Sin embargo, es preciso sensibilizarnos también ante otros tipos de productos, ya que, si bien pueden ser muy sanos para nuestro organismo, podemos estar produciendo catástrofes vitales en otros lugares del planeta, como pasa con ese “superalimento” que es la quinoa, originaria de los Andes, que se ha puesto tan de moda entre las personas que quieren tener una alimentación más saludable, pero que en los países donde se produce, está llevando a una crisis nutricional, ya que las que antes la consumían como base de su dieta, ahora no pueden pagarla, lo que les obliga a alimentarse con otros productos mucho menos nutritivos.

    El aceite de palma está situado en las antípodas de los alimentos saludables, pues al contrario que la quinoa, el aceite de palma es una grasa rica en ácidos grasos saturados, algo directamente relacionado con diversas enfermedades metabólicas, como la diabetes, además de contener un compuesto altamente cancerígeno, debido al tratamiento que recibe al ser sometido a altas temperaturas para mejorar su color y textura. A pesar de esas evidencias, está presente en la gran mayoría de los alimentos procesados (solo tenéis que echar un vistazo a las etiquetas de cualquier alimento: chocolates, galletas, salsas, sopas, pizzas, palitos de pan, margarinas, helados y un largo etcétera), en algunos de ellos en proporciones escandalosas, lo que se traduce en una alimentación sumamente perjudicial para los y las consumidoras (niñas/os de edades muy reducidas también, claro), sin que las autoridades sanitarias hagan nada para evitarlo, tal vez, porque hay grandes y conocidas empresas que lo utilizan para sus productos, por ser una grasa muy barata y con una textura que la hace imprescindible… Si todo esto fuera poco, con el cultivo de esta planta se está produciendo la deforestación de países como Malasia o Indonesia y acabando con especies como el tigre de Malasia o el orangután…

    Muchas personas pensarán que Malasia, Indonesia o Perú están muy lejos y no les importe lo que por aquellos lares pase con el medio ambiente… Tampoco puede que les interese de lo que se alimentan los que por allí viven… Y también es cierto que no podemos controlar todo lo que consumimos, ya que es una ardua tarea… Pero sí que podemos evitar, en la medida de lo posible, esos alimentos tan perjudiciales sustituyéndolos por otros de elaboración propia y cambiando las bollerías por frutas y verduras de proximidad, y puede ser que con ello consigamos lo que deberían exigir las autoridades sanitarias, que es que los grandes productores elijan otras grasas menos dañinas para la elaboración de los mismos y, desde luego, nuestra salud nos lo agradecerá.

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    comentario 1 comentario
    Marietika
    Marietika
    15/05/2018 10:05
    Consumismo

    Mira que nos gusta tener las estanterías del super llenas a rebosar, tener mucha variedad para elegir... por precio, por procedencia, por calidad, por fabricante... qué cómodo es! Pero no somos conscientes de lo que ello significa (o si). Tener las estanterías de los supermercados llenas significa que debe haber una superproducción de TODO, seguir explotando los recursos para hacernos más atractivo gastar nuestro dinero. Ahora, como bien dices, la quinoa está de moda y eso significa que debemos tener almacenes llenos para que puedan abastece a los supermercados a demanda. Para que esto pueda ser, y las personas privilegiadas del "mundo civilizado" tengamos quinoa a discreción, toda la producción se viene para los almacenes de "ricos/as" que somos quienes la podemos pagar más cara, y como lo que no vemos no nos duele,quien tenga menos privilegios que se aguante. ¿y somos los civilizados que nos damos golpes de pecho cuando hablamos de cooperación al desarrollo? Punto para ti amiga

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