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Por María José Navarro
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...Y seguimos con la LOMCE

    No voy a hablar más de la LOMCE. Creo que todas y todos tenemos claro que es una ley de educación que no educa, sino que clasifica y segrega a los que se salen de sus cuadrículas obsoletas.

    Pero a pesar de tantas voces críticas con esta ley de "deseducación", nuestro gobierno en funciones sigue manteniéndola en pie. Ahora, para este curso, según el calendario de aplicación, se ponen en marcha las reválidas de la ESO y el Bachillerato, obligatorias para poder obtener el título de la etapa educativa y la del Bachillerato servirá también como acceso a la Universidad.

    Pero yo, que en esto de las pruebas evaluativas soy muy crítica, aún lo soy más, cuando unas pruebas como las que propone la LOMCE, no van acompañadas de un presupuesto adicional que sirva para dotar de los recursos necesarios a los centros, para que puedan atender debidamente a ese alumnado etiquetado y eliminado del sistema.

    Y es que estoy cansada de los experimentos en educación. En nuestra comunidad autónoma hemos sido pioneros en experimentar en las aulas. ¡¡Hasta con el chino mandarín hemos lidiado!! El trilingüismo, los uniformes, la jornada escolar... pero sin informes reales de los beneficios o perjuicios de las medidas adoptadas? o sea, mentira sobre mentira para no hablar de cosas serias de verdad, para evitar el verdadero debate de cómo trabajar con nuestros niños y jóvenes para que puedan alcanzar su éxito escolar y vital.

    Mientras las leyes de educación no se redacten pensando exclusivamente en el alumnado y sus diferentes realidades, mientras no se hable de compensar desigualdades de verdad, mientras no exista esa equidad educativa tan necesaria para que nuestros chicos y chicas tengan oportunidades reales, mientras solo se piense la educación desde el prisma político y no humano, no saldremos de este círculo vicioso en el que no paramos de darle vueltas a cosas tan insustanciales como si les ofrecemos dos o tres idiomas, o si les colocamos un uniforme...

    Pero hasta que eso pase en un futuro casi utópico, hasta que no bajen los políticos a ver las realidades de las aulas y las realidades sociales, tendremos que salir a las calles a decir que NO queremos esa LOMCE segregadora, y mucho menos esas reválidas que van a hacer muy difícil para algunos alumnos y alumnas la superación de sus estudios.

    Yo saldré el miércoles 26 a la calle ¿y tú?

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    comentario 1 comentario
    Marietika
    Marietika
    06/11/2016 09:11
    Vorágine escolar

    La escuela se ha convertido en una vorágine competencias, rivalidades, clasismo, exclusión, marginación e incertidumbre. Nuestros jóvenes se enfrentan a asignaturas estructuradas marcadas por un currículum rígido que encamina a la competencia laboral. A una competencia laboral que, además, es incierta. En el mundo desarrollado, donde la automatización, la robotización y las nuevas tecnologías hacen cada vez más innecesaria la intervención de la mano de obra, los empleos son escasos y mal pagados (precisamente por que sobra mano de obra). Así puestas las cosas, preparar a los jóvenes para la competencia laboral es dedicar los esfuerzos a unos pocos dejando al resto pegados en el camino. Qué pasará con ellos cuando lleguen a la adultez y no encuentren suficientes puestos de trabajo para todos? Cuando la educación de un país se encamina hacia la competencia laboral y no hacia el desarrollo humano, solo genera pobreza, marginación y exclusión social, ¿es eso lo que votamos?

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