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Por María José Navarro
Picos Pardos - RSS

Sol solet

    Sol solet, vine’m a veure vine’m a veure,
    Sol solet, vine’m a veure que tinc fred.

    Pensaba el otro día lo peligroso y caro que puede resultar cantar esta inocente canción infantil, después de que a algún iluminado (y desmemoriado) ministro de nuestro país se le ocurrió ponerle precio al sol.

    Y es que en España somos diferentes y así queremos que se nos conozca… Somos el país del sol por excelencia. Aquí vienen miles y miles de turistas cada año buscando nuestro tesoro más preciado. Y, sin embargo, en vez de beneficiarnos todos con su energía positiva, nuestro gobierno le puso precio, hace ya algunos meses, al autoconsumo.

    Cuando en el resto de Europa se está fomentando el uso de energías renovables, aquí tenemos que pagar un inexplicable impuesto por el sol.

    Francia aprobó el pasado año una ley por la que se obliga a los nuevos edificios comerciales a tener en sus azoteas jardines o paneles solares, en un intento de paliar, por un lado, los grandes índices de contaminación que sufren, y por otro la gran dependencia a las energías clásicas, mucho más contaminantes y caras. Incluso se ha anunciado que se quieren construir 1000 km. de carreteras solares.

    En Holanda también se están promocionando los techos verdes y los paneles solares en las carreteras, en este caso, la idea se ha desarrollado en los carriles bici de manera experimental, obteniéndose unos resultados muy óptimos en cuanto a la energía obtenida.

    Y si hablamos de Alemania, la apuesta por las energías renovables, eólica, solar o biomasa, es clara y contundente, reemplazando poco a poco, al carbón, al petróleo y a la energía nuclear. Y para fomentar su uso, se ofrecen incentivos para la instalación de paneles solares para la calefacción, cosa que está generando muchos empleos en el sector de las renovables, además de garantizar la seguridad energética del país… Vamos, igualico, igualico que aquí, que los únicos que tienen algo garantizado, son nuestros ex políticos, que tendrán un puesto de honor, con sueldos millonarios, en alguna de las empresas del sector.

    Pero bueno, en algo vamos por delante de nuestros vecinos europeos, y es en el precio que pagamos por la electricidad, que duplica al pagado por los franceses, casi un tercio superior al de los alemanes, un cuarto más que los ingleses y en un cinco por cien más que los italianos. Nuestros recibos se han visto incrementados en un 52% desde que se inició la crisis, cosa que, evidentemente, ha perjudicado a los más perjudicados (valga la redundancia) por dicha crisis. Inexplicable, como tantas otras cosas que pasan en este país.

    Puesto que estoy escribiendo este artículo en un día soleado, y a mí (como a cualquier hijo o hija de vecino) los dorados rayos me producen efectos positivos, se me acaba de ocurrir una idea que al menos me deja un poco más tranquila respecto a las elecciones que están por venir, y es que con nuestro voto de junio podremos revertir esto y evitar que nos pongan impuestos futuros por tomar el sol o, incluso (quién sabe) por respirar, puesto que es posible y necesaria la aplicación de otras políticas que favorezcan al usuario-consumidor y no al mercado y las grandes empresas.

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    comentario 1 comentario
    Marietika
    Marietika
    15/06/2016 09:06
    y si no, ¿dónde nos vamos?

    Tú lo has dicho: si desaparecen las compañías de servicios, dónde se van los y las políticos cuando acaben su mandato? Da igual la crisis energética. Si consumes menos, subirán la factura porque no pueden bajar sus ingresos. Concienciados estamos todos de mejorar el medio ambiente y hacer uso de las energías de manera responsable, y como consecuencia, cerramos grifos y apagamos luces, pero eso supone una reducción de sus ingresos y, como consecuencia, suben las tarifas. Este mes he consumido 1,41 euros de agua (me he duchado todos los días, lo prometo) y, sin embargo, he pagado una factura de más de 50 euros. Si repaso el recibo de la luz, más de lo mismo, y no me puedo poner placas solares porque la inversión y el impuesto es muy superior al recibo de la luz. Y es que lo hacen adrede: si se extiende el uso de placas solares, bajarán los recibos y ¿donde irán cuando dejen sus cargos políticos? ¿quién les seguirá pagando sueldos millonarios? Mejor ponen impuestos al consumo de sol

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