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Por María José Navarro
Picos Pardos - RSS

Pau, paz, paix, peace, frieden, pace, fred, vrede, pokòj, baris, سلام

    Siempre pensando en positivo, intentando trasladar a los que están a mi alrededor ese sentimiento de optimismo, esa sensación de que todo tiene solución y que no hay que agobiarse por los problemas, pues todo acaba resolviéndose, tratando de concienciar sobre la necesidad de tener herramientas que nos permitan tener un trato con los demás más cercano, más amable, más humano. Siempre hablando sobre la resolución pacífica de los conflictos, sobre la necesidad de educar en emociones y en habilidades sociales, sobre la mediación como arma de construcción masiva, de que hay que hablar, negociar, buscar soluciones creativas, consensuadas, dialogadas…

    Y llega un viernes negro, en el que el odio lo transforma todo. En el que unos integristas islamistas, que nada tienen que ver con los musulmanes, mueren matando. Y matan a más de un centenar de parisinos como antes lo han hecho en Siria, Líbano, Afganistán, en Irak… aunque estos últimos no nos interesen tanto como nuestros muertos occidentales. Fin de semana triste, amargo, con sentimientos de desesperación y angustia por los muertos sean de donde sean, tengan la piel más clara o más oscura, profesen el catolicismo o el islamismo…

    Pero hoy me levanto leyendo que ya se han tomado medidas para la paz. ¡¡¡Que bien!!! Por un momento he creído que los que manejan los hilos del mundo se van a sentar a buscar las bases de esa paz, van a dialogar y negociar acuerdos que sean beneficiosos para todas las partes… ¡¡¡Seré ilusa!!! La Mafalda que llevo dentro, tal vez aún medio dormida, se había ilusionado con algo que está claro que queda a años luz de ese puñado de descerebrados que nos gobiernan. No, Mafalda, no. La noticia en realidad era que esta noche Francia ha bombardeado al Estado Islámico en Siria. ¿¿¿La paz a través de la guerra??? ¿¿¿La paz tirando bombas en Siria???

    Me repugna formar parte de esta sociedad que es capaz de crear el Estado Islámico, de crear una situación insostenible en beneficio de sus intereses, de dar la espalda a las personas que huyen de ese horror provocado por Occidente y que solo sabe resolver con más bombas, con más destrucción, con más sinsentido.

    Sé que mi Mafalda interior volverá a recomponerse y saldrá con más fuerza si cabe, pero hoy solo puedo decir: ¡¡¡Paren el mundo que yo me bajo!!!

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    comentarios 2 comentarios
    Marietika
    Marietika
    07/12/2015 10:12
    Mercado mercenario

    Yo también tengo una Mafalda dentro y, como tú, también creo que las cosas se pueden hacer mejor. Leyendo tu artículo, intento ver las cosas desde todos los lados para poder ser más objetiva en mis juicios y tengo muchas preguntas sin respuesta: ¿quién les vende las armas? ¿por qué podemos encontrar a Bin Laden en el fin del mundo y no podemos con líderes fanáticos que viven en el desierto en tiendas de campaña o casas de barro? Sigo pensando que los terroristas también son víctimas. Víctimas de la falta de oportunidades, del hambre y la miseria, del mundo civilizado que no reparte recursos y sobre todo, de los dignatarios encumbrados, gobernantes del mundo, que mueven sus peones en un tablero de ajedrez para divertirse. Hay mucho más oculto de lo que nos muestran. El terrorismo y las guerras solo son posibles si el capitalismo lo respalda. Quién los financia? Hace más de 3000 años que los dioses nos dejaron, no está ya bien que dejemos de matarnos por ellos?

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