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Por Nuño Jiménez - Vicesec. Políticas sectoriales PSPV Castellón
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Que viene el Tram, Tram, Tram

    El 20 de diciembre, es el día elegido por el Consell para hacer rodar el TRAM por las calles de Castellón, que inicie el camino de una nueva victoria del PP en Castellón en las próximas elecciones de Mayo de 2015. El proyecto más polémico de la ciudad, en toda su historia y quizá el más costoso, si valoramos el coste-beneficio de una línea que ya cubrían otras a cambio de no hacer trasbordos, ha supuesto la culminación de dos legislaturas hipotecadas en inversiones para la ciudad en unas obras, que muchos castellonenses califican de absurdas e innecesarias en tiempos de crisis.

    Su construcción ha supuesto someter durante más de 8 años a toda una ciudad a insoportables atascos, obras, eliminación de líneas ya existentes, trasbordos absurdos, modificaciones de trazado, de proyecto, de obras, de formas de pago, de pagadores, de vehículos, y puede calificarse en sí misma, como la obra que ha tenido más contratiempos, superando al propio aeropuerto de Castellón, tristemente célebre en todo el mundo, por su inoperatividad.

    El ingenio, no es más que un autobús electrificado, de tecnología y fabricación extranjera, que ha sido privatizado, sin apenas haber pasado por manos públicas, más que en la cuenta de los gastos y que ha supuesto un coste superior a los 100 millones de euros y numerosos gastos imprevistos que ha tenido que ir asumiendo el propio Ayuntamiento, al no hacerse cargo la Generalitat de su ejecución en los plazos previstos.

    Sus ventajas iniciales, consistían en ser totalmente ecológico, autoguiado, es decir sin conductor, supondría un ahorro energético y en tiempo, todo ello puesto hoy en cuestión, al exigir el apoyo de gasoil en los coches que circulaban hasta ahora y en el que hemos podido ver conductores, al no disponer de vías su resistencia es mayor lo que aumenta el consumo y hace necesaria una segunda a catenaria suplementaria lo que también eleva sus costes económicos, estéticos y medio ambientales. En cuanto al tiempo el cuarto de hora que teóricamente se reduce, tendrá que ponerse a prueba en Lunes, fiestas y otros posibles atascos que se produzcan, lo que lo resumirá en la hora que hoy día ya se tardaba más o menos.

    El paisaje que ha dejado tras de sí, en el urbanismo de Castellón, es un paisaje frío, sin nueva cubierta vegetal y sin apenas sombras en verano, como apuntan vecinos del Distrito Oeste, donde se han maquillado las estadísticas de usuarios del TRAM, a costa de trasbordos innecesarios y eliminación de líneas de autobús que daban servicio en muchas calles.

    Sin entrar en el empeño de este Ayuntamiento de hacer pasar el TRAM por medio un parque, lo que ha provocado agrias polémicas, la mayor recogida ciudadana de firmas, numerosas movilizaciones y un sin fin de informes en contra, hay que destacar el Contencioso y los recursos presentados por el GM Socialista que han permitido preservar el entorno romántico de Ribalta obligando al Consell a rediseñar el trazado que pretendía dividir el Parque en dos.

    Un proyecto de estas características no se le presentó a ninguna ciudad, ni a los propios ciudadanos de Castellón durante su tramitación, ni siquiera en el Foro Municipal de Movilidad, lo que da cuenta del secretismo que lo ha acompañado, para evitar la participación ciudadana. Mientras el resto de las provincias de la Comunidad disponen de una red de tranvías metropolitanos, llamados igualmente TRAM, a nosotros nos toca bailar con la más fea en financiación para la provincia de un proyecto. La ventaja competitiva de los tranvías de construcción nacional en ciudades como Bilbao o Barcelona es que dispone de una sola catenaria, menor coste energético y la posibilidad de enganchar coches en función de las necesidades del momento: Mercado del Lunes, fiestas del Grao, etc. En cambio la supuesta versatilidad que le da poder convivir con el tráfico rodado, al trolebús de Castellón ha sido obviada al situarlo en una vía reservada, casi en exclusiva, en el que ciclistas y taxistas no sabían si tenían cabida, convirtiéndolo en un tranvía al uso, con el handicap añadido de que en las rotondas, queda supeditado al tráfico rodado, con los consiguientes retrasos y atascos que ello pueda suponer en tiempo.

    Por tanto, hoy un sueño para unos, una pesadilla para otros es ya realidad. Un sueño que el Consell ha envuelto en papel de periodo de tirada nacional, con un alto coste publicitario, como si de un producto navideño se tratara. Pero no se trata de nada verdaderamente exclusivo, ya que se trata de un autobús, eso si quizá el más costoso del mundo. Quizá no para aquel que sueña con ganar por primera vez la presidencia de su Comunidad Autónoma, incluso en la ciudad donde fue alcalde. Quizá despierte de este sueño con una frenada brusca, cuando la ciudadanía un poco más del despilfarro que hay detrás. La ciudadanía valorará a su debido tiempo si valío la pena tal apuesta para unas arcas municipales ya mermadas por años de gobierno irresponsable y que se verán mermadas por mucho tiempo. Pero igualmente grave es la oportunidad perdida de reforzar la capitalidad de la ciudad con la vertebración de una zona de movilidad metropolítana sostenible social, económica y medioambientalmente.

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