Fiesta y cultura un vínculo con certidumbre de futuro
En una de las muchas reuniones que hemos mantenido para analizar, con los representantes de diversos colectivos vinculados al mundo de la cultura y las fiesta de nuestra ciudad, los principales problemas a los que se enfrentan, así como poner en común ideas y propuestas, para plantear líneas de trabajo futuro; pude comprobar, una vez más, que con estos mimbres la fiesta y la cultura en Valencia tienen mucho futuro por delante, a pesar de las adversidades que han encontrado en su camino.
Aunque la constante sensación de abandono institucional, ante los principales problemas, era algo que se repetía en todas las intervenciones, no oscurecía en ningún momento el ánimo de un colectivo con espíritu, que no se rinde ante las dificultades, es más, como hemos podido comprobar, se crece ante ellas y saca lo mejor de sí mismo cuando se trata de defender algo que es de todos los que vivimos en esta ciudad.
Podría enumerar multitud de problemas de los que hablamos en esas reuniones, como el abandono a su suerte de la Ciudad del Artista Fallero, de las bandas de música, de las fallas, de la Semana Santa Marinera y un largo etcétera que no para de crecer. Todos ellos tienen abundantes elementos comunes que permitirían una fácil solución, en algunos casos, por parte de las instituciones, claro eso si hubiera voluntad política de resolverlos, que no la hay.
Llama la atención que estos colectivos, con aquellos elementos propios que los hacen diferentes, mantienen una cohesión admirable y digna del mayor respeto, que otras organizaciones quisieran para sí.
La identidad en la cultura, la creatividad y el amor a las fiestas los une. Así, nos recuerdan que exigirán el cumplimiento de nuestros compromisos con ellos cuando gobernemos y así será pueden estar seguros de ello.
En la otra cara de la moneda, tenemos a un gobierno municipal del Partido Popular bloqueado ante los temas más simples y al que le crecen los problemas hasta donde nunca pensaron que los tendrían, con unos compañeros en Madrid que hacen de bombero pirómano, como ocurrió con la subida del IVA cultural que tanto mal hizo a las fallas y aún hace a otros sectores. Por no recordar la intempestiva actuación de la hacienda pública, como ariete, en plenas fiestas falleras ¿acaso no había más días en el año para hacerlo?. Han conseguido rizar el rizo atrayendo los problemas hasta el balcón municipal, allá ellos mientras no arrastren al resto.
Me mantengo en mi apreciación primera, hay materia muy valiosa y eso nos permite confiar en el futuro cuando pase este nubarrón.
