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Por Jesús Montesinos
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¿Y mientras tanto qué hacemos…?

    Acabadas las elecciones autonómicas y municipales, la OCDE anunció esta semana que al ritmo que vamos hasta el 2025 España no habrá solucionado el grave problema del paro, que ahora alcanza a cinco millones de personas más autónomos no registrados. Pero esta misma semana el think tank británico Open Europe ha anunciado que sobre España se cierne una tormenta perfecta por la coincidencia de la inflación, la subida de los tipos de interés, la deuda oculta municipal y autonómica y el retraso en las reformas. Resulta que ya han pasado las elecciones y seguimos peor que antes.

    Y es que enredados permanentemente en lo urgente dejamos de lado lo importante. Ya se han celebrado unas elecciones, pero ahora hay que prepararse para las otras y así sucesivamente. Solo se aborda lo urgente y lo correcto electoralmente. Mientras tanto quedan para mejor ocasión las grandes decisiones estructurales que deben permitirnos mejorar nuestra situación económica y, al menos, generar confianza para crear empleo. Estamos en ver cómo desmontan las concentraciones del 15M, en saborear el triunfo del PP el 22M o en la gran catarsis de un PSOE que no es posible si no está en el poder.

    Lo del PSOE es evidentemente el caso más grave. Zapatero puede acabar su tragicomedia dejando al PSOE como partido residual para los próximos diez años. Pero tanto él como los otros adanes (Alarte, Colomer…) surgidos a su sombra están solo pendientes de mantener el poder y no en reflexionar que el socialismo español se ha quedado sin argumentos, pillados por una derecha centrada y una izquierda que le ha arrebatado la calle. La batalla entre primarias y congreso oculta un proyecto político vacio, donde la ideología ha sido sustituida por la lucha de soviets por ocupar el poder. ¿Qué discurso puede mantener el perdedor Alarte en las Cortes Valencianas? ¿O Barrera en Castilla La Mancha? Ese es el problema y no su continuidad en el cargo.

    Temas urgentes. El gobierno encelado con su partido. El PP aprovechando el tirón para cerrar las elecciones generales. Y los del 15M que fueron la alternativa son ahora el problema. ¿Pero y los temas importantes? Las empresas siguen cerrando porque no tienen mercado ni financiación. No hay creación de empleo, por lo que seguiremos en estos registros del paro. Y los ayuntamientos no saben cómo pagar las nóminas de este mes por lo que no se plantean pagar las facturas de los proveedores.

    Si la política está en sus enredos, cómo van a ocuparse de lo importante. Solo la aplicación de la Directiva Europea de servicios generaría 200.000 empleos e incrementaría la competitividad entre empresas con una mejor productividad y bajada de precios. Y lo mismo en la oferta de productos a partir de la libre circulación de estos. ¿Por qué tiene que valer una aspirina lo mismo en todas las farmacias? ¿Y un litro de gasolina? ¿Para qué hace falta un Tribunal de la Competencia (Fernando Castelló en la Generalitat) si los precios están controlados por los monopolios? Pero lo importante necesita decisiones y políticos fuertes.

    La atonía del consumo interior es pieza clave en la recuperación y este colapso viene de la desconfianza que tiene el consumidor/persona. Es obvio que la confianza es fruto de la transformación de la percepción de la crisis, pero mientas esto llega (llevamos cuatro años de retraso) hay medidas como la liberalización de la circulación de productos, servicios y personas (solo 7 de 800 profesionales tiene un reconocimiento automático en la Unión Europea) o la facilidad para la exportación que contribuirían a mejorar las condiciones antes del colapso que anuncia la Tormenta Perfecta.

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